miércoles, 26 de octubre de 2011

EL ECO.




El eco de la historia, escuchalo, lleva tu nombre.
Rebota en las paredes de la infancia, crece en el alma de los viejos.
El reflejo de tu sombra auténtica, gigante como una bestia sagrada, plena de tanto dado, cobijando a los cánticos que se hacen en tu honor.

Tu corazón partido en dos, deja una mitad brillante y dulce, azucarada en belleza, floreciente de todo lo que nos queda, de todo lo que le queda, y de eso que por tan poco, no llegaste a hacer vos.
Tu garbo inexplicable, tu visión estratégica, tus sueños concretados en toda la historia que dejaste, hermosa, grande, de roca y acero.

El eco de la historia, escuchalo, lleva tus risas.
Rebota en los rincones de mi vida, crece en la memoria de cualquiera.
El aliento de tu pecho inflado, flamígero, cuenta hasta diez y vuelve a volar.

Los dioses te guardaron el lugar.
Y si así no fuera, de seguro, ya te lo has ganado.

Salú, Néstor.

lunes, 24 de octubre de 2011

ARMA DE ELECCIÓN


PUES BIEN.
Hemos concluído una etapa.
Y ahora arranca otra, bastante más compleja.
A saber:

1- Ya no estamos en tiempos electorales. Ahora podemos enojarnos un poco más, pelear un poco más y desfanatizar a la cuestión militante. Como militantes, como participantes activos de la política, tenemos que defender todo lo que venga. Si estamos de acuerdo con algo y otra cosa impide que ese algo salga, se vote o se haga ley, vamos a tener que salir a defender las verdades. Y del mismo lado, si empieza a suceder algo que no nos gusta, estamos en condiciones de salir a protestar, a enojarnos y a pedir que no suceda. El enorme poder que tiene hoy nuestra querida y hermosa Presidenta, es ínfimo comparado con el enorme poder que ahora tenemos como pueblo.

Nosotros la elegimos, nosotros la votamos, y somos todos nosotros los que estamos representados en su voz.
Somos muchísimos los que confíamos en ella, y son muchos los que confían en nosotros.
Llegó la hora de sacudir la modorra y profundizar el hecho politico de nuestro protagonismo histórico.
Ya no es un juego, ya no es aquel otrora criticado "678ismo" y ya no es nada más que cantar.

2- Hay que bajar la política al llano. Tenemos que contar, hablar, producir, trabajar para que todo lo que se hizo hasta ahora, se multiplique, se profundice en hechos concretos de realidad efectiva. Todos los taxistas tienen que saber que somos kirchneristas, que el kirchnerismo es el mejor peronismo y que el peronismo es salud, trabajo y educación. Tenemos que salir a fortalecer los hechos, a sostener los logros y a no permitir que nadie (ni el gobierno, insisto), olvide ni por un instante el rumbo y tenemos que alentar a nuestros mandatarios a ir por más, por mucho más, sea el precio que se tenga que pagar, el que sea.

3- Vamos a escuchar cualquier tipo de pavada. Somos mayoría, y tenemos a elección nuestras armas, y nuestra mejor arma, siempre, es el arma de la elección. Ahora podemos y tenemos que ir por cuestiones más complejas, por la regulación del comercio exterior, por el impuesto alto a la renta extraordinaria, por juntar a Evita con Perón en San Vicente, por más trabajo para todo el mundo, por créditos accesibles para tener la casa propia, por internet gratis federal, por más asignaciones, por más justicia y resolución de casos manchen a quien manchen y por tantísimas otras cosas más.
Es ahora, y no en otro momento, donde el poder tiene que ser más que nunca del pueblo, de la historia y de lo que sea que esté bien. Caiga quien caiga.

4- Tenemos que ser justos con todos los que laburaron enormemente. Todas las agrupaciones, todos los militantes. Absolutamente todos los que jugaron ahora. Porque quizás, vengan tiempos más complejos que tengan o no que ver con situaciones internas, pero pueden venir tiempos complejos que necesariamente tengan que ver con situaciones externas. Y las situaciones externas e internas a las que me refiero, pueden ser desde dentro de la militancia y desde fuera de ella, o desde dentro del país o fuera de ella.
Sin ser apocalíptico, porque ese estilo pasó de moda y fue sepultado, jé, y sin serlo porque en verdad, confíamos en la presidenta mucho antes de que ella dijo que confiemos en ella.
Pero puede suceder. Y tenemos que empezar a construir ahora mismo el escudo democrático militante que blinde a los empujones que seguramente vendrán. Nosotros somos el gobierno, ella es la Jefa y como soldados, pondremos todo, como hasta hoy, pero mucho más intensamente. La campaña para el 2015 acaba de arrancar.

5- La mitica "formación de cuadros" tiene que también, activarse ahora mismo. Los cuadros deben ser militantes, activos, presentes, formados. Pensantes, felices, estrategicos. Tenemos que ser una fábrica de soldados del amor democrático, pensar junto a ellos, como ellos, ser ellos, y si no lo somos, ayudar a los que lo son. El 2015 se avecina por lo menos borroso y entonces, es que hoy mismo tenemos que analizar con sesuda frialdad a quién es quién, a cómo hace lo que haga cada quién y a cuánto apuesta quien apueste. En 2015, absolutamente TODO es posible, y recordemos siempre antes de sospechar, enojarnos, que la presidenta es la que dice incansablemente que no importa de dónde venga cada uno, sino que importa hacia dónde vamos.
Esa puede ser un arma de doble filo para muchos de los que a veces, nos enojamos con uno u otro candidato. Pero esto es política y no, lamentablemente, no somos todos amigos. Puede ser un señor sin piernas el mejor costurero del taller, y no hay nada de malo en ello.

6- Estudiemos a Néstor. Y mucho. Ahí todavía hay bastante para aprender, casi todo.

7- Empezamos.


sábado, 22 de octubre de 2011

LLEGÓ


Hace un año, un día como éste podíamos ver a Néstor en la tele.
Podíamos esperar que tenga alguna salida nueva rara, divertida, de las de él.
Era el presidente de latinoamerica y sabíamos que podía serlo del mundo.

Hace un año, a esta altura del partido, estábamos levantándonos de peleas, derrotas, sabíamos que se venía el censo, sabíamos que teníamos que pelear para que ese acto salga bien, y mirabamos con espanto al caso de Mariano Ferreyra y el festín que hacían los medios con la foto de Favale, el acusado, con Boudou en una fiesta compañera cualquiera.
Como si los funcionarios, preguntaran demasiado con quién se sacan la foto, jé.
Y esa era una muestra de humanidad de parte de los nuestros, porque los nuestros son tangibles, reales, como nosotros, tipos y tipas, y no andan con oropeles majestuosos como quizás, y sólo quizás, anden los CEO de las grandes corporaciones.

Hace un año, más o menos para esta fecha, nosotros no eramos los mismos.
Sabíamos que teníamos que laburar, Cristina era una bestia sagrada, ya, pero no había develado sus superpoderes mágicos de emoción arrasadora ni su carisma estupendo que la diferencia y diferenciará varios cielos de cualquier otro ser humano, político, o no.

Hace un año, sospechabamos de una fórmula Kirchner-Kirchner, y nos deleitabamos pensando en cómo ibamos a festejar a eso, mientras los diarios del monopolio relacionaban al matrimonio mandante con otros matrimonios, siempre lo más nefastos posibles y compraban la perpetuidad, la bla bla bla y todo lo que siguen diciendo hasta hoy, ya sin éxito.

Hace un año, faltaba muchísimo para este año, y no sabíamos qué iba a pasar sólo cuatro días después, el día que, como dijo Chávez (el lider, no el actor que hace de puntero) o Taty Almeida, que a Néstor lo "habían sembrado", mientras nosotros no salíamos
del asombro ni la emoción.
Asombro que ya se nos fué, emoción que nos durará para siempre.

Hace un año, no sabíamos que seríamos víctimas de la historia, aliados del tiempo y afortunadísimos de vivir todo este compañerismo peronista que a muchos de nosotros, nos cambió, resignificó, validó, resucitó y enardeció nuestras vidas.

Hace un año, no sabíamos que ibamos a llegar a la tarde de hoy domingo 23 con la gloria entre las manos y la boca llena de Patria, y tampoco creíamos que la enorme mayoría electora iba a comprender, de una jodida vez, que estaban haciendo las cosas bien, que nosotros defendíamos porque creíamos y que el Peronismo, finalmente y como cada vez que fue sincero (esta sería la segunda vez y la primera sin Perón) era bendito.

Hace un año, eramos menos.
Hace un año, eramos otros y otras.
Hace un año, los libros de historia no temblaban de temor por el trabajo que tuvieron, que tienen y que obligatoriamente tendrán que hacer.

Hace un año.

Hace sólo un año.




p
V



viernes, 21 de octubre de 2011

:)


Hemos llegado a la instancia casi final.

Hemos perdido mucho y ganado mucho más.

Hemos hecho lo que supimos hacer, algunos mejor, otros peor, la mayoría con buena espina, otro tanto se equivocó.

Hemos alzado las banderas del amor, las banderas de la igualdad, las banderas de la alegría, las banderas del heroísmo, las banderas de dar vuelta un tres a cero, las banderas de Perón, las banderas sudamericanas, las banderas argentinas.

Hemos jugado un pleno a lo loco, hemos apostado, hemos sentido en el pecho una espada salir y sentimos al instante, que seguíamos así de tan vivos como hoy.

Hemos sonreído, hemos bailado, hemos amado o tenido relaciones sin amor pero con cariño.

Hemos mordido el polvo mágico de la victoria, de la derrota, y de todas las cosas.

Hemos llegado cansados, al final de la batalla, al principio de la historia que empieza todos los días de nuevo y todos los días termina la historia.

Hemos conocido a Néstor, hemos aprendido de él muy poco porque todo no se puede.

Hemos adorado a la adoración dorada.

Hemos sido o intentamos ser, un sostén de paz para Ella.

Hemos puesto tiempo, cuerpo, alma, armas, cuentos y sentimientos.

Hemos sido lo que pudimos ser, cuando pudimos serlo.

Y acá estamos.
Acá nos quedamos.

Y acá seguiremos mientras quede un rastro visible y tangible, minúsculo pero perceptible de todo lo que han hecho.

miércoles, 19 de octubre de 2011

EL BESO


Llego temprano, de incógnito y por una amiguita, entro por acá, simulo ser una cosa que aborrecía y enseguida me doy cuenta que estaba equivocado, que somos todos no sólo parecidos, sino, en verdad, iguales, y que la máquina de laburo que es una orga enorme, es francamente inigualable.
Huelga decir lo errado que estaba al tocar la cornetita del desconocimiento, entonces acepto esa culpita y digo, pucha, son buenos, en todo sentido.

Se respira el compañerismo, codo a codo y a la par, y hacemos lo que hay que hacer, cuando hay que hacerlo y como hay que hacerlo.

Esperamos y empiezo a despegarme de esa realidad, de la realidad de todos ustedes, avecinando algo que pasaría dentro de muchas horas, quizás, o dentro de un ratito, quién sabe, pero sabía, estaba seguro en mis adentros que era hoy, que era ahora, y que El Beso, ese beso que me merecía de Ella, llegaba hoy.

Entonces pasaron otras cosas, muchos cantitos, aguantar con fuerza, y escucharla a la Bella Señora.

Al rato llega el momento, y acá, es donde la pausa se hace eterna y el mundo se convierte en una memoria difuminada, como cuando en las películas hacen sueños.

La veo venir.
La veo besar.
A otros.

Tengo miedo de perderme el beso y preparo la frase que le quería decir.
Era: "Madre Hermosa, Nestor nos dejó con vos".

Y la veo a tres personas, la veo a dos y cuando la tengo a una persona, creo que me pierdo el beso.

La tengo enfrente, la miro a los ojos y le pido, con respeto y a la vez osadía: "Cristina, por favor, quiero darte un beso".

Me mira, me agarra la muñeca, esa muñeca hermosa, no la mía, sino ella, y la agarro de la nuca, le doy un beso con los ojos cerrados en la mejilla, en el pelo, esa cara hermosa, esa cara que no vamos a olvidar más.

El beso hace ruido.
El momento me ensordece.
Sigue su camino.
Ella sigue, el beso no.
Me queda impregnado en el pasado, el presente y el futuro.

Le acaricio la nuca, y nadie me impide hacerlo.

Bajo la cabeza y el mundo sigue ahí, a los empujones, todos quieren también su beso.
Pero yo tengo el mío.

Camino un paso hacia atrás.
Dos pasos hacia atrás.

Le había dado el beso.
Había logrado alcanzar la cosa física, tanto que había escrito sobre el amor, tanto que había escrito sobre la yegua, tanto que la quiero, tanto que la amamos, y la Fuerza de mi Beso me deja mudo, y mi boca ya tiene un valor agregado, y mi corazón estalla, y palpita, y caen papeles, y cae
mi propia historia a mis pies, y pienso en los tiempos, y pienso en las horas ganadas, en toda la batalla, y en Ella, y en Él.

Levanto la cabeza, con un montón de agua en los ojos y lo veo a Máximo.
Le doy un abrazo fuerte, de tipo.

Los dos perdimos a nuestro viejo hace poco.

Y aunque el de él era nuestro héroe y el mío era el mío, para él su viejo era exactamente tan importante como el mío para mí.

Nuestras historias son nuestras, no de todos, y lo que es de todos, es de todos.
Pero la intimidad de nuestro día, de nuestra noche, de nuestro baño, de nuestra cabeza abajo de la ducha mientras pensamos, ahí, callados, donde hacemos las revoluciones, es toda nuestra.

Máximo me devuelve el abrazo.
Tiene una mirada un poco cansada.
Siente el peso, lo recontra siente.
Lo disfruta un poco, creo.
Pero él perdió mucho más que todos los demás, porque perdió al héroe, al presidente, al amigo, al referente, al ídolo. Y al tipo que lo quería un montón más que ningún hombre.
El pibe, no tan pibe, asume los abrazos, los devuelve.

Adelante va la hermana, va la madre.
Son personas.

Son gente, son una familia que la historia y el laburo y el peronismo los dejó ahí arriba, en la curva del tiempo, en la Hora de los Héroes.

No le vamos a fallar, no nos van a fallar.
Vamos a quererlos siempre, vamos a querer siempre a Néstor, vamos a reventar el domingo todo, vamos a hacer las cosas bien, a luchar, a trabajar, a festejar, a bailar, a crecer, a morir, un día, y quizás a resucitar en forma de otra cosa.
Quién sabe.

La cuestión es que yo, ahí, tengo a mi beso.
Yo, acá, tengo a mi mano testigo de su nuca, de la nuca de una cabeza que guarda el cráneo de un cerebro que fabrica amor.
Lo cual no es poco.

Sé que en el futuro, dentro de mucho, si llego a viejo, puedo mentir mucho, puedo hacer crecer a esta anécdota que no es más que un beso y una caricia vaga, admirada.
Sé que en el futuro voy a decir "yo conocí a Cristina".

Sé también que no es la primera vez que la beso, que alguna vez contaré otra vez que la ví más tranquila, con Néstor vivo físicamente, y que hasta quizás, tomamos un café, o que quizás, ya el tiempo hizo el estrago de la fábula y sí, sea la primera vez que la veo en mi vida.
Quién sabe.

Tengo a mi beso.
Tengo al beso.
Y el beso que le di yo, se lo dimos todos.
El beso que le vas a dar vos, un día, se lo voy a dar yo.

Y todos los besos, todos los abrazos, todas las caricias, tratarán de paliar la ausencia, de ser la tierra que abone un campo de flores.

Néstor nos mira.
Atentos.

Seamos un beso de Él.

martes, 18 de octubre de 2011

CELEBRA


Celebra en los brazos de la vida una promesa hecha en secreto: jugar el mismo juego que jugó él, con la misma seriedad y la misma polenta, con el tiempo en contra y el viento también.

Festeja una vida hecha canción, grito, palomas y aire, baila sin moverse haciéndole honor a la lealtad cumplida, al partido ganado y a la batalla de las batallas, la que seguro perdemos, la del Gran Silencio que un poco entre todos, arruinamos haciendo tanto ruido.

Cumple la noche con su promesa de dejarnos dormir; cumple el frío su promesa de arroparnos, cumple el calor dejándonos más cómodos, cumple Perón al no morir, cumple Evita al volver, cumple Él al ser mil flores y ella la flor más bella.

Alienta la boca de la vida un destello de esperanza nuevo cada día, fragmentado tanto hecho en mucho trecho, relevando nuevos horizontes todo el tiempo, abriendo las puertas del suelo para que de ahí, recibamos a tanto trabajador, tanto trabajo, y tanta camisa sucia.

Despierta un día y se encuentra con millones de abrazos y besos, de una catarata de amor que se hace río, y yo me río, ella se ríe, todos nos reímos y volvemos a cantar siempre, la misma canción.

Muestra el futuro un camino ya no sinuoso y vemos, en la recta final, al gentío aplaudiendo, siendo feliz, dándonos la razón, soplando nuestro viento de cola a cada hora, nuestro efecto andá a saber qué y nos obliga a ser un poquito orgullosos y a decir: vieron?

Y mientras tanto, la Bella Señora encarna nuestro tiempo, hace un tajo en la historia y la sangre derramada es ahora todo esto, todo eso, y todo lo que vendrá.

Celebremos.

lunes, 17 de octubre de 2011

CUANDO EL CIELO TE PREGUNTE




Cuando el cielo te pregunte, un día, tardío, de noche o de día, le vas a decir que estuviste acá, lavandote la cara con las manos, escondiendo de la miseria los ojos secos y mojándolos con la alegría de quererte mucho y por lo tanto, querer mucho más al país entero.

Cuando el cielo te pregunte, un día, que no tengas gafas de sol y te deje ciego, y busques en el aire una nube con la forma de tu vida, vas a poder decir que nadie te empujó de tu lugar ni hasta tu lugar y que entonces pusiste la piel sobre la acción y la acción se convirtió en magia.

Cuando el cielo te interrogue, acerca de qué fue lo que pudiste crear, qué fue lo que pudiste fabricar con tus manos y con tu pecho, vas a poder contestar con el fuego de la vida que la muerte fue un detalle obsoleto y todas las instancias que la precedieron sirvieron como entrenamiento para llegar a la meta con toda la fuerza del cordón de la vereda.

Cuando el cielo se vuelque sobre tus hombros y te sume un peso por los que no tienen un peso, cuando el cielo te ilumine de costado y tu sombra se mezcle con la sombra de los otros, cuando grites hasta quedarte afónico, y entonces vuelvas a gritar mucho más fuerte y tus aullidos despierten a los ignorantes, vas a saber que todo esto se llamaba Peronismo y todo lo que buscaste cuando quisiste ser algo, alguien o algunos, lo tenías ahí, en la organización que derrota a un tiempo que no es más que un reloj.

Cuando el cielo te pregunte, querida hermosura brillante, quién fuiste, vas a poder decir que fuiste el sueño, el despertar, el desayunar, el almorzar, el vivir, el amar, el abrazar, el bailar, el trabajar, el hacer y el decir, el creer y el conocer.

Cuando el cielo se abra en dos y desde ahí la luz de todo lo que esperabamos se convierta en natural, nuestro grito de corazón va a ahogarte y te va a dejar respirar, porque no hay nada más lindo que gritar cuando se grita como gritan los lobos.

Cuando el cielo te regale lluvia.
Cuando el cielo te regale rayos de sol.
Cuando el cielo te regale nubes.

Cuando el cielo te regale cielo.

Cuando el cielo te pregunte lo que quiera, nosotros vamos a saber responderle, en tu nombre, en su nombre, en nuestro nombre y en el nombre de todo lo que sabemos que es más justo.

Viva Perón.

jueves, 13 de octubre de 2011

Usted Crea Risas

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martes, 11 de octubre de 2011

BLUE.


Cada vez que escucho a una chica pensar en el Príncipe Azul, me remite inmediatamente a mi sobrina, chiquita, de pocos años, que se la pasa mirando, viviendo, disfrutando los productos de las princesas.

Y enseguida me doy cuenta que la construcción imperfectible de un mundo ideal, lleno de sueñor, con caballos alados y rosados, con un príncipe amanerado sonriendo y rubio, es un ideal que no sólo es inalcanzable, sino que se empata directamente con ver a Megan Fox en la televisión en el medio de la película Transformers, distrayendo nuestras vistas de un robot gigante a un culo maravilloso, de una carita perfecta a la cara de un monstruo bio-mecánico que no para de castigas a otros monstruos en el desierto de algún país de medio oriente.

Y en todas, el héroe es un palurdo.

Batman era un chico atormentado, millonario, pero el dinero no importaba, al cual le mataron a los padres. Cualquier niño atormentado, al cual le matan a los padres, podría ser un justiciero nocturno, pero ninguno podría ser exitoso si lo agarrasen: el caso de Batman, permite que el chico crezca sin trabajar, escondido fomentando su personalidad dual, en una cueva con la mejor tecnología, todas cosas que no puede hacer un niñato con sed de venganza, si no es absoluta y pornográficamente millonario.

Superman viene de otro planeta, y lo banca un organismo oficial a lo largo de toda su heróica carrera. Un organismo oficial norteamericano, off course.

Los principes de todas las películas son hijos de reyes y lo que les proponen a las chicas pobres que se enamoran de ellos, es un cambio de vida absoluto: las invitan a salir de esa mierda de día a día que tienen, las montan en su equino preparado, y les dicen que no van a laburar nunca más y que van a tener la mejor ropa, las mejores fiestas y los mejores castillos.



Y así crecemos.

Así esperamos a un superhéroe que no es más que un policía, un agente de tránsito, un preceptor de la escuela, y así esperamos a príncipes azules que nunca son azules sino grises, negros, rojos, muertos, hediondos, con mal aliento.

Así nos cagan, así nos corrompen, así nos tocan el culo.

Y después nos sorprendemos cuando un bizco, jorobado y con problemas para expresarse con claridad se la pone con todo y pelotas a un eterno y edulcorado modelo de vida y nos deja a nosotros, los feos y panzones, en la cresta de la ola.

lunes, 10 de octubre de 2011

LO SUFICIENTEMENTE CERCA


Esta cosa similar a la nostalgia, por un tiempo que se acaba, creo, me tiene a mal dormir.

El asuntito que se viene, el de no resistir y empezar a pelear, el de ser los portadores sanos e insanos de cuanta sonrisa veamos, esta autoridad democrática y esta suerte de burlita de saber que cuando apostamos, lo hicimos con las dos manos, se siente bien, pero se siente raro.

Imaginar, nomás, la cantidad de remeras revoleadas, de desnudos totales, frontales, parciales, que tendremos el 23 mientras bailemos el Baile de la Victoria, siendo un Frente de justicia y amor, Vatayón de almas sin paz, con pan, decía, imaginar, nada menos, nunca más que hoy, tanta algarabía, me da un nervio.

Creo que nos sentimos como si todos fueramos catorceañeras y estuvieramos a punto de cumplir 15, y el 23 fuera a ser nuestra Gran Fiesta.

Creo que todos somos solteros vencidos, entregados a la linealidad pacífica de un matrimonio consentido, que finalmente, llega y nos dedicaremos a ser y hacer amor.

Creo que estamos siendo todos una suerte de jubilados prematuros, un momento de retiro, una paz que no es pax sino un premio, una joyita, un alfajor a la vuelta de la escuela y una merecida siesta después de una mañana aterradora de trabajo auténtico.

Creo que así estamos yendo, fluyendo por un mar que se puso tranquilo, con pescadores a lo lejos que nos tiran sus anzuelos, pero nosotros, salmones todos, vamos al revés y movemos nuestras aletitas en una coreografìa de tanta igualdad y de tanta efectividad que podemos empezar a soñar hoy el país de mañana.

Y soñemos más, que en diciembre, nos despertaremos con noticias de gran actividad, de volver a ponernos nuestros uniformes de piel de gallina y todos esos tejidos de aplauso, apoyo y dientes apretados para seguir, y seguir y seguir.

Viva Perón.

Mientras tanto, hoy y hasta la nochecita, vamos a estar haciendo esto:


con el Vatayón Militante y toda esa alegría que tratamos, y a veces logramos, de ser.

viernes, 7 de octubre de 2011

LOS TIEMPOS



Recorría con la mirada perdida, todas esas calles que quedan adentro de mi casa, encontrándome de vez en cuándo con alguna mirada que me devolvía el silencio de una pared, una miserable pared manchada, con telas de araña, y alguna huella de un gato que no está más.

Oía afuera a la lluvia, sentía que tenía que escribir algo y tenía el impulso imbécil de escribir algo tan básico y pelotudo como escribir sobre que afuera, se escuchaba a la lluvia.
Entonces me enojaba, me ponía de pie, caminaba de punta a punta, me sentaba, cambiaba canciones en mi computadora, me cagaba en los vecinos que no tengo o que si tengo son sordos, sentía algo de dolor de muela, no encontraba los tafiroles, me tomaba un mate y seguía pensando que alguna vez había tenido un blog, y que en ese pasado, escribía de todo, sobre todo, junto y contra todos, y creía que lo hacía de alguna manera original, si no bien.

Sentía también que en algún momento, muchos blogs fueron bastioncitos cluecos de una revolución que no llegó a ser, y recordaba con añoranza cómo muchos de nosotros creíamos que seríamos los hacedores de este asuntito dos punto cero, inspiradores, jefes, patrones de las verdades decidoras de muchas cosas que en los medios no se decían.

Recordaba con cariño, recordaba del mismo modo que ese día, en mil nueve noventa y algo, logré meter 15 puntos en un partido de basket, tres de dos en triples, una fiesta.
Que hayamos perdido por cuarenta, o que mi promedio general de puntos en todos los partidos de aquellos años mozos haya sido de 0.3 por juego, quedará en el recuerdo de este bufón deportivo que siempre fuí.

Pero recordaba eso, esos pequeños goles, esa manía tan cheta de creer que ibamos en un descapotable, pelos al viento, cigarrillos que nunca se apagaban, camisas arremangadas, escuchando rocanrol a toda velocidad, con el coche a todo volúmen.
Y recordaba con una sonrisa cómo creíamos que en realidad ibamos a perder las elecciones, cómo creíamos que seríamos los amos de la derrota, los queribles monigotes de un sistema que nos expulsaría del mismo violento modo en el que habíamos entrado a él.

Seguía pensando, o ejercitando un cerebro algo chamuscado, y sentía que el mate se me enfriaba, entonces ponía la pava y el mate funcionaba a todo culo, y si hablamos de mates, cerebros y culos, estamos hablando de esos tiempos maravillosos, allá lejos y hace tiempo, en los que, sin dudas, fuimos campeones.

Cuando conocimos a la Presidenta.
Cuando conocimos a los ministros.

Cuando fuimos la voz de alguito.
Cuando nos levantamos de la silla.

Cuando temblamos.
Cuando gritamos.

Cuando lloramos.

Hoy asistimos al final de una cuestión muy pequeña, sin ningún arraigo histórico más que miles y miles de bitácoras ególatras sobre lo bueno que fuimos, lo santos que seríamos, lo bonitos que nos veíamos y lo efectivamente sexuales que solíamos ser.

Y no mucho más.

Buenos días, barrio viejo.

Va llegando la hora de laburar de verdad.