lunes, 13 de agosto de 2012

Sirva otra vuelta, pulpero





Sirva otra vuelta, pulpero.
Que no soy chancho.
Soy bicho que no tiene rancho.
Que anda arrastrando
penas y alegrías.
Y en eso de la repartida
las malas van ganando.
Sirva otra vuelta, pulpero.
Para mis pares
del asentamiento.
Que están cargando con el peso hoy,
ante la ley por indocumentados.
En predios ganados al Estado,
donde la milicada
siempre viene a darnos palos.
Después son las criaturas las que pagan.
En vez de un vasito de leche,
un vasito de agua.
Eso si que es triste.
Sirva otra vuelta, pulpero.
Que el terreno yo le he marcado.
Y seguiré haciendo changas,
pa´ poder edificarlo.
Es que nunca habrá mayor riqueza
que vivir con dignidad en la pobreza.
Después con los vecinos,
haremos una escuela merendero.
Ya no habrá niños callejeros,
que correrán la suerte
de sus padres y sus abuelos.
Eso sí que es triste.
Después son las criaturas las que pagan.
En vez de un vasito de leche,
un vasito de agua.
Eso si que es triste.
Sirva otra vuelta, pulpero, a ver.
Que está es la del estribo.
Soy un hombre convencido.
Que lo que uno tiene,
tiene que ganarlo.
Por eso es que, con once familias,
le hemos ganado, una vez, al Estado.
Eso sí que es triste.
Pa´l que no tiene rancho.
Eso sí que es triste.
Ni donde caerse muerto.










Resulta que nos enteramos que por $23 una familia tipo puede comer y bien, con cuatro comidas diarias.
Claro.

Nos lo indica el INDEC, y nos muestra números claros y concretos.
Resulta entonces que Carrefour, hace mucho pero mucho tiempo, tiene que tener, porque eso arregla con el gobierno nacional, una canasta básica aún más barata que las de $23 y es esta, que está en este link:
Entonces, lo que tenemos que hacer es enojarnos con el Carrefour porque deberían tener algo que acordaron con el Gobierno Nacional.

Enojarnos con el almacenero que nos cobra más caro.

Enojarnos con el verdulero que sube los precios de chata a chata, y esto lo sé porque laburé más de tres años como verdulero: del Central sale a un precio, el de la camioneta le sube el precio, el distribuidor le pone otro precio, el del mercado intermedio, si es que hay, le pone otro precio, y el verdulero, estafador como pocos, le pone el precio que se le ocurre.
Lo podés comprobar en tres verdulerías de tu barrio y vas a ver que no sale el mismo producto, lo mismo en los tres locales. Entendé que acá, una diferencia de 50 guitas es una diferencia demencial: nunca pagarías 50 guitas más por un atado de puchos "porque se le ocurre al kiosquero" o porque "le aumentaron los alfajores Cachafaz".
Entonces nos enojamos con el carnicero, salvo que sea Samid que tiene buenos precios (ya no los 19p que tenía, pero siguen siendo bajísimos).

Entonces, nos enojamos con el que nos vende la leche que trae nada más que La Serenísima o Sancor y no la leche "Familiar" que es la que compro en el Mercado Central y sale dos mangos y es una leche buenísima.

Entonces nos enojamos con el careta del mercadito chino que le pone precios bajos nada más que a los productos que están a punto de vencer, y no aplican las ofertas que deberían tener, no sé si por ley, que algún abogado me cuente, desconozco.

Entonces nos enojamos con los abogados.

Con los jueces.

Con los policías.

Con los payasos.

Con los presos.

Con los alumnos del secundario.

Con Macri.

Con los trabajadores del subte.

Con Moyano.

Con el Vatayón Militante.

Con el que imprime el diario.

Con el que maneja la camioneta que lleva al diario.

Con el que le carga la nafta nacional y popular al que maneja la camioneta que lleva al diario.

Con el que le chorea 100 pesos al que carga la nafta.

Con el que genera las violencias sociales para que ese, antes, le choree 100 pesos al que carga la nafta.

Con el que echó al que generó las violencias sociales antes.

Con los milicos.

Con Estados Unidos.

Con Hitler.

Con Napoleón.

Con los romanos.

Con Barrabás.

Con Judas.

Con la serpiente que ofrece la manzana.

Con Dios por poner la manzana.

Con el árbol por ser árbol.

Con la luz que se hizo.

Con el Gran Bonete que hizo la luz.

Y en vez, de un vasito de leche, un vasito de agua.
Eso sí que es triste.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Por suerte hay quien escribe lo que uno quisiera poder escribir justo en el momento en que la bronca se aquerencia en la garganta. Gracias, gracias.

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