domingo, 28 de octubre de 2012

Lluvia









Hoy era una noche particular.
Llueve como llovía el 28/29 de Octubre de 2010.

Llueve, como ese día en que la lluvía hacía crecer a miles de chicos, nacer a miles de militantes y voltear de una cachetada a decenas de miles de dormidos que entendían que tenían que militar o morir en el intento, pero en ese entonces, quedarse quieto no era una opción.

Llueve, en una tormenta que amontona sentimientos y que arrincona en la oscuridad de una noche para nada triste, un recuerdo infinito, eterno y tierno, sobre el mejor de los nuestros que se fue a dormir y a soñar para que nosotros sigamos despiertos, con el ojo atento, ni los, el ojo.

Llueve, claro, como llueve en todos lados, y uno disfruta la lluvia y piensa que hay gente que no la disfruta, mientras se prende un pucho y se toma un cafecito.
Con esa distancia que te da la holgura de hablar por decir, de escribir por hablar, y de quedarse calladito cuando las papas queman, no vaya a ser cosa de quedar mal parado.

La lluvia también, en una noche como esta, tiene un aroma particular: es el olor del tiempo, de la naturaleza arengando a no olvidar, de todas las cosas buenas y malas del mundo, recordándote que por esa nariz entra la vida y entra el olor a podrido, cuando algo está podrido, corroído por el calor del aire que pudre a la carne y a todo lo vivo y bueno y malo, y lo convierte en otra cosa. Sólo es cuestión de tiempo.

Hoy, que llueve así, pensaba escribir que la lluvia nutre, y que las lágrimas no sirven para regar a una planta, y que la pena te congela, y que el honor se hace andando, caminando, luchando, venciendo, siendo derrotado, aprendiendo, creciendo y siempre, sabiendo que un alma cuando envejece debe ser un alma calma y sabia, porque cuando el alma no envejece sino que se le pasa el tiempo, se convierte en un fantasma.
Y todos lo sabemos, lo hemos visto en las películas, que un fantasma dificilmente crea que es un fantasma, dificilmente sepa que está muerto y que no puede volver a vivir, aunque comparta el mismo espacio, el mismo lugar, y la misma instancia histórica que nosotros.

El fantasma está ahí, asustando, luchando por ser lo que ya no es, esperando que lo dejes ir, siendo que si no se ha ido, es por su propia intolerancia a saberse muerto.

Así las cosas, la lluvia sigue afuera, mojando autos estacionados con la patente L, despertando en truenos a bebitos que sueñan, a señoras que acarician la cama vacía donde antes hubo un romance, a parejas que aprovechan el ruido para tener sexo bien gritado y mojado, y la lluvia, ahí afuera, atormenta a los descalzos, al que no tiene camisa (y nunca la tuvo), al pobre, al negro, al mierda, al miserable, al descastado, al invisible, al que no le importa el 7D, ni el 8N.


Al preso.
Al loco.


Y así las cosas, en lugar de considerar palabras para denotar la felicidad auténtica que me da que las plazas hayan estado llenas de gente, de denotar el asombro que me genera la vileza de tirarse contra una u otra marcha, de asombrarme con una mueca de dolor de hígado por ver a personas con capacidades políticas diferentes creer y vociferar que una agrupación, o varias, o las que laburan a diario para generar políticas de realidad efectiva (TODA LA SEMANA, TODOS LOS DÍAS, A CADA HORA, EN EL BONDI, EN EL SUPERMERCADO, EN LA CENA FAMILIAR, EN EL TREN, EN LA EMPRESA, AL JEFE O A LOS EMPLEADOS) son el ojo de Mordor con aspecto de López Rega, y la Presidenta una señora tonta y senil (QUE VINO EN EL AVIÓN NEGRO!!!) que se deja llevar por niñatos de Blackberry que le dominan el cerebro como cancerberos jadeantes de dinero, dinerito, la platita y el puestito, antes de caer en el discurso simplista, reduccionista y consignista de entender a Cristina como un equeco de lo que Néstor supo ser y morir por ello, de presuponer que la patria se hace en un acto o en una marcha, o que militar tiene fecha, horario y vaya curiosidad, LUGAR, prefiero, en cambio, claro, contarles una cosa que está escondida en el link que les dejo acá abajo.

Y todas las esquinas del mundo van a seguir reclamando por medio Néstor, por un parecido a Néstor, por una Cristina por cuadra, por alguien que empuje y que tenga las pelotas de decir vos sí y vos no, esto sí y esto no y no se queden en un calendario cristiano apostólico y romano.

Escribamos lo que escribamos. A favor, o en contra. La realidad, se hace.

La política es dinámica.
¿Acaso la vida no lo es?



jueves, 25 de octubre de 2012

NO ES LO MISMO NADA









Ahí viene Néstor.
Ahí viene.
Ahí.

V

martes, 16 de octubre de 2012

LA LEALTAD


Cuando hablamos de lealtad, solemos hablar de más y a veces de menos, y como todos sabemos, habiendo nacido peronistas o habiendo elegido el camino de Perón, sabemos que más que hablar y hablar, lo que tenemos que hacer, es pertinentemente, hacer.

Porque entendemos que la lealtad es a las tres banderas y el peronismo no es un adjetivo y que ese peronismo tiene tanto de kirchnerismo como de justicialismo y por lo tanto, tiene todos los valores de una construcción de abajo hacia arriba mirando siempre a lo más alto con los pies en lo más bajo.

La lealtad, bien entendida, es el ardid por la labor, el empuje constructor que abre lugares donde no los hay y el ensanchamiento en lugares ya conquistados.
Le lealtad, es a un modo de vivir y de compartir, de ser y de empatar las realidades y las chances, las posiblidades y las realidades que se hacen, día a día, en una patria siempre compleja y siempre al día, planteada la relevancia de lo que se hace como lo único que se puede hacer.

¿Suena simple?
Lo es.
Y en esa simpleza es donde recide la cuestión a lo que le debemos ser leales.

Porque en la soberanía política existe la soberanía y las libertades individuales que hacen al hombre y a la mujer de la patria, planteados estos como actores fundamentales de la política, y no meros participantes o expectadores de la construcción cotidianda de políticas largoplacistas. Y esas individualidades son las que hacen a una colectividad heróica única, histórica e irrepetible en tanto relevancia del momento y del tiempo que nos toca vivir.

Porque en la independencia económica está la necesaria realidad de poder vivir y elegir lo que uno quiera o como quiera vivir, dentro del escenario propiciado por políticas concretas y sanas, basamento de toda sociedad en el marco de un capitalismo “bueno”, siendo que tal cosa, existe.

Y porque en la justicia social se empata la igualdad y las chances se abren como flores que renacen día a día en una primavera que lleva varios años, que se riega todos los días y que genera un jardín autosustentable que pretende parir para mañana, la deuda de ayer, en el día de hoy.

Por todo esto, la lealtad es a las bases.
La lealtad es al que tenemos al lado.
La lealtad, es a la igualdad.

VIVA PERÓN.


viernes, 12 de octubre de 2012

LA CONSTRUCCIÓN AL PODER




Si hiciera una encuesta abierta preguntándole al montón, tirándole un centro combado a la faz de la tierra desde latinoamerica al universo, con una pregunta concreta y le dijera “Oiga, sabe usted, ¿A qué hora murió Perón?”, tendríamos un abominablemente corto porcentaje de personas que no tienen la menor idea de qué capricho marcaron las agujas del reloj en semejante y fa
tídico momento.
Y cada uno de los que responda, ¿Será más o menos peronista por saber esa hora? ¿Acaso si uno no lo sabe lo es menos y si en cambio, sí lo sabe, lo es más? Apostaría mi propio pecho a que cualquier CEO de algún monopolio periodístico maldito conoce esa hora, en detrimento del villero pueblo, que no lo conoce y piensa en otras cosas mientras avanza hacia el trabajo en el amanecer de la noche.

Es el joven un ser competente y competidor entre sus pares: está en su naturaleza. Y mucho muchacho y muchacha se asustan con el cejo preocupado, alejándose mientras buscan en sus celulares “inteligentes” alguna referencia a lo que le acaba de decir ese que va a la facultad, y lo chicaneó preguntándole un hecho histórico.
¿Fue Perón malo al final de su gran vida? ¿Roca es en verdad nuestro antepasado y no así los “indios”? ¿Si Sarmiento no hubiera planteado algunas cosas, seríamos hoy un país menos “europizado” más parecidos a Bolivia? ¿El Che fue menos patriota por no empezar su revolución desde Argentina hacia el Norte? ¿San Martín cruzó así o asá a Los Andes? ¿Quién ganaría una partida de chinchón, Pigna o Félix Luna?


Todas estas preguntas, podrían acercar al jaque mate a cualquier militante que empieza a dar sus primeros pasos, y siempre cada uno podría ampararse en su librito personal, su historia que mejor se cuenta y sus hechos considerados realidad efectiva, porque están impresos.
A dicho criterio, Vatayón sacó presos de las cárceles haciendo un agujero en la pared de cuanti penal se le ocurra recordar para actos kirchneristas y luego salieron a robar todos juntos y en familia, del mismo modo que La Cámpora fue a los jardines de infantes a pegarles en la punta de los dedos a los chicos de 3 a 6 años que no saben en qué momento de la Marcha Peronista hay que decir “Por esa Argentina grande”, ni cuántas veces se dice durante tan hermosa y cíclica canción.

Porque la prensa de hoy, es la historia de mañana.

Los “escribidores” del hoy, quizás omiten y omitimos que lo que estamos plasmando tiene reberverancias en la perpetuidad de los variados futuros, y que con lo único que no se jode, en esta momento de la historia que nos tocó participar, es con los hombres y las mujeres de nuestra nación, los conozcamos o no, en el día de hoy.

¿Es así, que vale más un hombre que recuerda la composición de la table periódica de elementos, que uno que arregla el cuerito de la canilla que no para de gotear? ¿Entiende más sobre el amor y sus detalles, una partera o una madre? ¿Late más fuerte el corazón de un marathonista o la de un fervoroso hincha de un equipo de fútbol aguantando en el paraavalancha cuando el delantero suplente entra y mete el gol que los salva a todos, hinchas y jugadores y técnicos y auspiciantes, de un descenso letal? ¿Es más peronista Perón o Néstor? 





¿Perón sabía que estaba haciendo kirchnerismo?

Muchas veces, la mensura de los actos de los hombres y las mujeres no tienen títulos ni nombres, ni tienen partidos, marcas, auspicios o canciones que recorten sus acciones en determinados sectores políticos, sociales o emocionales. Es así, que volviendo al viejo paradigma del Viejo, mucha gente es peronista y no sabe que aún lo es.
Del mismo modo que mucha gente no es peronista, y lo sabe, lo entiende, y esfuerza hasta el dedo más pequeño de su pie para hacerle la contra al peronismo, que es hacerle la contra al pueblo.

¿Puede una persona acercarse a la política sin banderías partidarias? Por supuesto. ¿Entiende esa persona a la política como una sucesión de acciones, de haceres que resisten, de hechos que inciden directamente sobre el resto, y comprende, por todos los cielos, los niños y el bienestar, que lo que se hace en política es construir? ¿Se anima alguien a decir “yo soy pueblo” tratando de vivir cada segundo de su vida como si su vida fuera la del otro, el que le viene con una determinada cuestión a resolver que esa misma persona no ha podido resolver? ¿Es la política, el único agente de cambio posible en una comunidad, sociedad o donde existen más de una persona? No responderé esto, puesto que estas preguntas esconden las respuestas, como las encuestas que se hacen para dirigir la respuesta a lo que uno, en este caso yo, el emisor, quiero que usted PIENSE.

Por esto: si usted compañero o compañera no conoce en profundidad los hechos históricos que acontecieron en este país, y mucho menos conoce los detalles puntuales de determinadas cosas que se han sucedido en la Guayana francesa, o quién es el intendente de Vladivostok, no se preocupe.

La injusticia debe ser nafta necesaria para empujarlo a participar.
Comprender a la construcción (a toda construcción) como algo sólo realizable desde abajo hacia arriba, debe ser lo que le amolde sus horas para saber en qué lugar pararse.
Saber que cuando se da algo, ese algo ya no se tiene más, y que ese algo, son horas, emociones, trabajos, cuerpo, mente, dolores, llantos, miserias, alegrías, chistes, besos, caricias, gritos, enojos, saltos, corridas, músculo como brazo y músculo como corazón herido, ladrillo, heladera, dinero, sudor, pasión, Perón, cultura, canción y cuento: el todo que se hace con las partes, regalando para siempre a la parte que hará al todo que nunca jamás se termina de construir.

Eso, y sólo eso, debe ser todo lo que a usted debe moverlo para militar.

El comprender que se pierde muchísimo al hacer, porque se hace con uno lo que corresponde a todos.
El descubrir con o sin asombro que dar no es sólo dar, sino que dar es participar, elaborar, y saber que cada acción militante se debe sostener en el tiempo hasta la victoria y hasta la derrota, aunque en política y más aún en el espectro nacional y popular, cada victoria no está completa nunca jamás, y cada derrota puede revertirse, con lo cual comenzar a militar, es nunca abandonar, y si se abandona, es nunca haber militado con los pulmones en la mano siendo apretados como enormes fueyes que marcan el camino de la justicia y hacia donde todos, irremediablemente, debemos avanzar.

Existen enemigos que lo rodearan de peros, de qué y de por qué y para qué.
Usted pude tener la respuesta en la mano y debe y puede contestarles, a todos los que le incitan a quedarse con las piernas cruzadas en su casa, que esa misma pregunta que le hacen, ese interés supuesto sobre lo que usted no debería o debería hacer, es parte de una militancia que nosotros no queremos, pero que guarda la misma razón intrínseca: la preocupación por el otro.
Esa persona que le dice a usted que no haga nada, se está preocupando.

Dígale que su preocupación es por el mundo entero.
O achiquelo a su parcela de la sociedad.
Es por este grupo de gente.
Es por estas dos personas.
Es por esta otra persona.
Es por el otro.

Militar es construir.
Y todas las personas buenas, militan, aunque lo hagan pasivamente o activamente.

Va llegando la hora, señora o señor, de que esa pasividad muerda las piernas de los malos, y le demuestre todo el tiempo, que usted no es alguien egoísta.
Que usted, hace las cosas porque entiende que si le va bien al de al lado, al de más allá le irá mejor.
Y vaya, dista mucho esta realidad de la realidad que se pretende imponer que tiene que ver con la economía y el bolsillo, aunque se toque en algún momento.

Tiene que ver con la igualdad. Tiene que ver con el amor. Tiene que ver con un grito de corazón.
Tiene que ver con un héroe colectivo, en el que todos somos los héroes de nuestra circunstancia: usted del de al lado, y el de al lado de usted y de otro más. Y así.
No tema.
Milite.
Hágalo en el nombre de los hombres y las mujeres.

El peronismo se encargará pertinentemente, de demostrarle su infalibilidad.

jueves, 11 de octubre de 2012

MILITAR ES DIVERTIDO



Si yo le pido a usted que me defina desde el estereotipo físico o estético a un “peronista”, es muy posible que me conteste que un peronista lleva mocasín, pantalones de vestir, pelo corto y de costado, bigote prolijo y masculino, anteojos funcionales al malestar de la vista, campera de cuero y camisa blanca abierta hasta el tercer botón.
Es posible que lo dote, en contados casos, de una melena prominente revoucionaria, y una sombra de barba amenazante.

Si le insisto y le pido que haga excepciones, usted, me dirá que el peronista hoy, es kirchnerista, y que ese kirchnerista, lleva remera, jean y zapatillas, pelo desordenado con preocupado orden, anteojos que no siempre son acordes con alguna problemática en la visión, campera tipo montgomery con capucha y botones de madera. Y Blackberry.
Este último caso es inherente tanto a hombres como a mujeres.

Si profundizo en mi cuestionario y le pregunto qué gustos artísticos tiene este peronista, en ambos arquetipos encontrará coincidencias: leen a Jauretche, a Cooke, a Perón, a Evita, a Kusch, a Scalabrini y a tantos otros prohombres y mujeres de la letra sana.
En el caso de los kirchneristas, encontrará que en una suerte de decantación natural de los anteriores, estos militantes leen a Anibal Fernández con fruición, que todos o la abrumadora mayoría ha leído el libro de Sandra Russo sobre Cristina, unos cuántos han estudiado a la lectura no obligatoria del libro de José Pablo Feinmann sobre Néstor, y que muchos a escondidas han leído el pasquín sobre La Cámpora escrito por la recopiladora Laura Di Marco.

Si le pregunto en este último caso, en el del militante kirchnerista, qué gustos sobre cine tiene, o qué prefiere escuchar musicalmente especulando, seguramente, el espectro se abra dejando un tendal de sorpresas tiradas sobre el parqué.

Entonces:
¿Qué se hace desde las organizaciones con la juventud brutal? ¿Qué le estamos dando a todos los militantes que se han tatuado a Elvis Presley, a una cereza en el antebrazo, al guitarrista de Green Day, en la espalda? ¿Qué le ofrecemos a la compañera que se ha visto La Hora de los Hornos más de tres veces pero que compró toda la videografía de David Lynch? ¿Qué le brindamos al muchacho aquel que es fanático de Ramones pero que cada vez que se acerca a una peña escucha a Victor Heredia y a Teresa Parodi, dos personas que han elevado el estado del arte a la militancia haciéndola una, y también lo disfrutan pero no le dan ganas de revolear una silla contra la pared? ¿Desde dónde le generamos comodidad a ese compañero que comprende y conoce al Eternauta como un símbolo de estos tiempos, pero que fue al IMAX a ver todas las Batman de Nolan y que consume alocadamente en la comiquería hasta el más alejado comic de Avengers? ¿En dónde coinciden el placer de ver Sinfonía del Sentimiento del grandísimo Leonardo Favio con el macabro gusto de ver a toda la saga de terrores de Sam Raimi? ¿Cuál es la piedra en la que angulan Zitarroza e Iron Maiden? ¿Existe ese lugar mágico?

Respuesta:
Existe.

La militancia ha de ser un lugar divertido, en el que todos los que creamos en lo mismo, que luchemos por una igualdad general, no pueda ser coartado en su necesidad del disfrute, del análisis de su propio gusto y de su apertura general.
¿Podemos considerar a todo lo foráneo (siendo foráneo todo Imperio y no lo foráneo de nuestra Patria Grande) como algo nocivo, malo, conquistador?
Podemos. ¿Eso, nos quita la necesidad de disfrutar viendo a un robot de Transformers convertirse en camión en una pantalla de seis metros comiendo pochoclo y bebiendo Pepsi? Desde luego que no.
Incluso, implica esa necesariedad, una resolución al conflicto.
No nos hace menos militantes, o menos nacionales y populares, la sobreactuación de lo Argentino, si es que no encendemos lo argentino en detrimento de lo que nos divierte.

Deben, entonces, elevarse las cosas buenas, las cosas que queremos, y eso, es la diversión, el estado de bienestar personal y la alegría.

¿Nos alegra ver que Julia Roberts termina, al final de la película, con el galán aunque el galán sea inglés?
¿Nos emociona la novela colombiana aunque el presidente de Colombia sea de derecha? ¿Cantamos El Bombón Asesino aún cuando Los Palmeras le han hecho campaña a Carlos Menem?
¿Leemos a Borges, acaso?
Sí a todo, de todo y para dos.

Porque la juventud se expresa y no te pide documentos.
Porque la juventud no disfruta en un estado parapolicial estético de valores y honores que nada tienen que ver con el pulso del pecho y el corazón latiendo a toda velocidad.
Porque la juventud y la militancia tienen el derecho primario y escencial de poder pasarla bien, sabiendo dónde está parado cada uno, quienes hacen lo que hacen, desde dónde lo hacen y para qué lo hacen.

Y es por eso, que le pregunto a usted ahora, lo siguiente:
¿No le parecería genial que en una unidad básica se discuta si es mejor Kill Bill o Perros de la Calle?
¿No creería que podría ser divertido entender de una buena vez que The Clash hizo su propia revolución y que las revoluciones no tienen más banderas que las de la libertad y las de la igualdad?
¿Entiende que descubrir a La Masacre de Texas como una pieza, una gema preciosa del arte, es parte de un movimiento histórico y perpetuo de alimento para el saber?
¿Podría usted ver un chiste sobre las elecciones en EEUU hecho en Saturday Night Live, reirse o enojarse como lo hace con el programa de Capusotto o con el de Lanata?

Es menester, que esto que le comento, suceda.

Por que, entiendo, la revolución no se hace más con armas, salvo que sea necesario.
La verdadera revolución es la cultura y la cultura es parte de la humanidad cuando trasciende y cuando alcanzamos nosotros como individuos, parte de una sociedad mundial, de una comunidad que no busca más que el bien, la felicidad, y la alegría, el empuje pertinente para apuntar hacia el mismo lugar.

Por eso, celebremos la militancia abriéndole los standares convencionales a lo que cada uno de nosotros, simplemente, vive y disfruta.

Sepamos quién es Scalabrini Ortiz, al mismo tiempo que alzamos una copa en honor al viejo Bukowski.
Busquemos en las librerías las cartas de Perón a Cooke, mientras reservamos el último de Chuck Palahniuk.
Miremos las películas de Pino Solanas, cuando era peronista, y a la vez analicemos si los hermanos Farrelly son demasiado crueles.
Escuchemos en nuestros Blackberrys de fabricación nacional la discografía completa de Strokes, mechadita con la Marcha Peronista y las grabaciones de las marchas con las canciones de nuestra Juventud Peronista maravillosa. Y las canciones de Copani.
Es que, todo esto, ya lo hacemos, y ahora, tenemos que llevarlo a la tierra militante, ese lugar en el que debemos necesariamente, sentirnos cómodos.

Rompamos la formalidad, valoremos al pasado haciéndole el honor de disfrutar nuestro presente, haciéndo del presente el mejor momento de la historia, conociendo lo que ha sucedido, vibrando a cada paso con el peso en los hombros de ser los y las continuadores de una gesta política y cultural que bajo ningún concepto termina en nosotros.

Esto, es ahora.
Toda cultura es política.
Y la política es la historia hecha por sus propios protagonistas, y ese o esa protagonista, sos vos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Militar: es NECESARIO




Con los hechos de público conocimiento, el acuartelamiento de las fuerzas armadas, las adhesiones unidas y organizadas de la abrumadora mayoría de las fuerzas políticas y funcionarios, a excepción de varios de la UCR, el grito de la mayoría del pueblo por la libertad y la democracia, y el grito de la GENTE por que se vaya Cristina, llega un momento de reflexión y meditación activa sobre qué es lo que hay que hacer, dónde hay que pararse y hacia qué lugar ir.

Y ese lugar, es la militancia activa, hasta donde se pueda y como se pueda.

¿Por qué? Por ejemplo: muchos de nosotros, en este momento de tensión, ahora, con todas las sogas tirando para todos lados, no estamos muy seguros de qué hacer, si ir a la plaza del barrio, si aglutinarnos en Plaza de Mayo, si correr, si saltar, si guardarnos, si quedarnos callados, si salir o no salir.

Y esto se da, en gran parte, a la desorganización que significa no participar en ninguna organización o agrupación política de ninguna bandera.
Nosotros los peronistas, o los kirchneristas que aún no saben que son peronistas, tenemos variadas opciones para decidir en dónde pararnos.
Podemos militar en Vatayón, La Cámpora, el Movimiento Evita, La Desca, PM, Kolina, Nuevo Encuentro, Pueblo Peronista, Causa Peronista, Autoconvocados, y otras tantísimas agrupaciones que hay y que florecen a diario.
La participación activa en una agrupación no implica en ningún escenario la obligatoriedad de participar en cosas que uno no quiera participar, ni tampoco significa que uno deberá asumir todo lo que suceda a su alrededor como verdad revelada, y callado.
Uno puede no estar de acuerdo con algo, y siempre, se asume lo que la mayoría decide.

Porque las agrupaciones peronistas, y las que son kirchneristas y que aún no saben que son peronistas, son democráticas, abiertas y sometidas a la voluntad popular, siempre.
Entonces, es ahora, en el medio del fuego cruzado, que me parece imperioso decirles a todos que militen.

En la agrupación del barrio, que tengan un referente, que se organicen, que se unan, que sean solidarios y democráticos.
Porque el único héroe colectivo es el héroe en grupo, sea ese héroe quien salga victorioso o quien sea derrotado: no se trata de eso, la heroicidad.

Y si no, fijate:
El Grupo Clarín (referente político de un nutrido grupo de gente, sin decirlo ni anoticiarlo expresamente y a veces sin que se de cuenta su seguidor), comienza con una escalada violenta de escraches, marchas, contra marchas y generación permanente de miedos en la sociedad toda.

Luego, los punteros políticos en funciones de fuerzas antagonistas al kirchnerismo empiezan a golpear las puertas de la democracia para hacerla salir, convocando también a esos cacerolazos por la seguridad, el dinero y la libertad de poder evadir impuestos.

Más tarde, las fuerzas armadas, utilizan el mismo recurso y tensan la cuerda hasta el final, y hasta la franca demencia de plantear plazos horarios para resoluciones de determinadas cuestiones, bajo la extorsiva y poco elegante propuesta de que si en ese plazo no se cumple el objetivo, se avanzará en nuevas medidas.

Entonces: ellos están, unidos y organizados. No solidarios, no democráticos.
Están unidos en su individualismo, su bolsillo lleno pero no tan lleno como en la etapa neoliberal y organizados para que este gobierno se vaya.
Y no es que la gente, no pueblo, gente, que está en contra de no tener muchísimos dólares evadidos de impuestos, esté en contra de las medidas de DDHH de este gobierno o de otras medidas que todos nosotros, pueblo, sabemos necesarias.

Es que esta gente está en contra de tener que ceder una parte de sí misma para poder concretar el bien mayor.
Eso, es solidaridad.
Eso, es unión.

Eso, es democracia.
Eso, es peronismo.

Pero como la lectura que hace esta gente, nunca es sobre el bien común, sino sobre el bien personalísimo, es que deciden quejarse y voltear a un gobierno elegido por la mayoría, mediante la fuerza, buscando el apoyo de las Fuerzas.
Lo hacen por su bolsillo.
Y pueden llevarse puesto todo.

Y si todos nosotros, pueblo, estamos todos, unidos, organizados, solidarios y democráticos, militando en alguna agrupación, vamos a saber qué hacer, adonde ir cuando haya que ir, y estar donde haya que estar con argumentos concretos, realidad efectiva, y un grito de corazón.

Estemos atentos.
Empecemos a militar hoy.
Ahora.
Ya.

Busquemos a referentes de agrupaciones, vayamos a unidades básicas.
Así y sólo así, vamos a poder estar listos, para poder alcanzar la victoria necesaria y revolucionaria a favor del pueblo, que demanda este tiempo.

Te esperamos.

"La organización vence al tiempo", dijo Perón.
Y fijate lo que fue su organización política, que llegó hasta el día de hoy, excediendo personas, a sí mismo,  y a momentos históricos.

Vencé.


Ah y desde Vatayón, te invitamos acá:
Hace 60 días que el Taller 19 está tomado y junto a las compañeras del Picado Nacional y Popular Femenino y los compañeros de ATE.
Acercate el sábado.
Es tu hora, es la hora del pueblo.

NO SE SUSPENDE POR LLUVIA.



lunes, 1 de octubre de 2012

De regreso a oKtubre




Llegó oKtubre.
Para vos, que querías y pedías contramarchas, y todo eso.

Acá empezamos.

Tenemos al 17 y al 27 por delante.

Harvard, te mando un abrazo.