jueves, 30 de septiembre de 2010
LAS PELOTAS.
martes, 28 de septiembre de 2010
BUEH.
lunes, 27 de septiembre de 2010
OMBLIGUISMO.
- Que toda la gente que compra Clarín no haya entendido la tapa real y ridícula de hoy.
- Que toda la gente que pasa por acá no entienda esta tapa.
- Que Twitter haya hecho un tonguete con Clarín.
- Que nadie haya visto el posteo que hice antes que éste.
- Que aumentaron los puchos.
- Que Chávez haya en efecto ganado y que los medios vigilantes digan lo contrario.
CREENCIAS.
"Creo que vamos a ganar las elecciones. Creo que va a haber internas y luego vamos a ganar las elecciones generales"
En tal sentido, el dirigente bonaerense reiteró que en la actualidad el kirchnerismo y la UCR disputarán la presidencia del país en poco más de un año, y al respecto dijo que "por ahí", como ocurrió en 1983, "los peronistas acompañan a otro Alfonsín" en las urnas.
domingo, 26 de septiembre de 2010
viernes, 24 de septiembre de 2010
ASALTO A TU POBREZA.
Un asco de vereda poblada de vomito humeante de salchichita y queso de nariz.
Una plaza poblada de miseria hereditaria, bien argentina, bien salada mezclada con la nueva moda latinoamericana retrorrevolucionaria.
Hijos de parias que fueron parias, pariendo un dolor malparido y mal armado.
Acarameladas canciones de silencios aunque suenen a miles de vatios o como se llame la fuerza sonora.
Una mezcla interna de tu miseria más la mía y la de todos lo santos.
Apócrifas, los lamentos de tu boca son tan falsos como los de quien escribe.
Caminamos la libertad de la última empanada de Brandoni y oh, qué dulce manera de lamentarnos frente al foco del espejo del alma.
Ese espejo, ese que lo apagas remotamente, que inunda tu rostro de rayos catódicos, nombre animal para decirle balas de realidad, sea esta un culo bailarín de cumbia o un letrado que se canibaliza en vivo para todo el país, las 24 horas del día, con sus repetidoras hispanoparlantes y alguna que otra traducción en simultáneo para sordos, mogólicos y brasileros.
Allá vamos, en el bote de papel contra el tifón, comandando la revolución antigua de un barbado doctor en armas que aburrido, fue y mató.
Diferencias contra los grandes dictadores democráticas, hay miles.
Similitudes, cientas.
Porque el poder no sólo ciega, sino que embrutece y nos hace salir ráfagas de fuego de nuestras lenguas moribundas, agonizantes, como los dedos de quien escribe.
A pelo de una realidad escrita, fantástica y furiosa, dejo mis mentiras más puras y peor escritas, para el deleite del que lee poco y nada, ni esto quizás.
Fanatizados envueltos en gaseosas cola. Comentando por lo bajo lo caro de un McCombo. Levantando nuestras llaves en forma de protesta en el negocio del Evil-Diablo-Jean. Protestando con razón que el sushi no está bien preparado o que la champaña es FROZEN, no CONGELADA.
Puestos de perfil, todas nuestras narices tienen el mismo tamaño.
Las panzas no.
Los orgullos tampoco.
Porque vamos, no me quieras hacer creer esa falsa bruta versera de que “ellos duermen con culpa” porque deje de creerla el día que gané más de 2.000 pesos y no me dio culpa ni pensé en los Tobas.
Entonces vamos, que todos podríamos lamentar nuestras benefactoras suertes y decir que es una suerte de maldición el tener todo lo que tenemos.
Ahí estás, considerando en tus considerandos que no, que vos no tenés nada, que es muy injusto que YO HANK te venga a decir algo cómo es, cómo debe ser y cómo debes reaccionar.
Pero te digo, te cuento, que lo que tenés es grave y bueno.
Porque hay un enorme número de personas que no pueden leer esto.
Y sin alcanzar los límites pobladísimos de la gente que no consigue diferenciar la A de la G, te cuento que vos podés racionalizar y pensar que estoy confundido, yo.
Porque leíste, porque te educaron y porque si bien en cierto momento de tu vida ELEGISTE que así sea, en un principio alguien de la mano te guió.
Entonces repensá lo que te digo.
Y brindá con tu vaso de agua al menos por tener vaso.
Ellos, los peloduros, no saben lo que es un Word.
martes, 21 de septiembre de 2010
sábado, 18 de septiembre de 2010
BOX
Esto es boxeo, hijo.
Subís al ring, mirás a tu oponente, y tu oponente sos vos mismo.
Esas manos que se arrojan al aire, pérfidas y atontadas, con precisión de cirujano ciego, uno-dos y allá vamos.
Vamos, chico, esto se trata de una simple pelea, ni más ni menos que la mejor, única y última pelea: tu vida, tu puta vida está en tus manos y no podés esquivar al ring.
Porque esto es boxeo.
No es hockey, no es tennis, no es fútbol.
Se trata de brazos, de sudor, de piernas que tiemblan y de todo eso que siempre te aterró.
Se trata de una pelea mano a mano, pelea de campeones, pelea de dientes apretados, protector en el paladar y el suelo es todo tu destino.
Mirás el brazo, tratás de eludir antes de que él lo piense, pero te confundís: la mano entra firme y plena en la mandíbula, y de esto se trata todo, del boxeo.
Porque esto es boxeo, hijo, no un juego de muñecas ni mirar la televisión.
Saltás de costado, te movés como un relámpago, pero tu contrincante, que sos vos mismo, sabe desde antes lo que vas a hacer, y entonces te acomoda unas cuantas cosas del otro lado de la cabeza, y todo vuelve a la normalidad.
Es el uno-dos, hijo, es simplemente boxeo.
Porque la calle es eso, entendés?
Es patear almas, es morder pasados, es acalambrar al futuro y dejarlo tieso, animal, bufando un berrido, una ladrada, un gemido auténtico de majestad de la piedad que nunca llega.
Pero que se pide, se ruega, se sufre y se transpira.
Porque esto es boxeo, hijo.
Y el boxeo es así: vos ahí, contra todo, contra todos, porque todos, hoy, sos vos.
Cada noche, se encenderá una luz sobre tu cama y sabrás que toda esa gente grita tu nombre: si te animás y bancás el reto, hijo, sabrás que entonces estás listo para pelear.
jueves, 16 de septiembre de 2010
LAY.
Recostate sueño perdurable de cosas presentes, recostate y agonizá lentamente, fluyendo como un chorro de gelatinoso magma frío y sin camino.
Dormì, antimilagro, error, aforismo silencioso de los ciegos, antinomia de la nada, mutismo parlanchín gesticulador, es hora de morder, de roer, de ulularle al callejón sin gatos que esa pared parece final.
Saltá, saltá lo más alto posible que no pasará de tus rodillas, saltá y caé como una estrella de rock en el escenario en un recital en latinoamérica bajo la lluvia, de noche: una banda de tributo lo haría mejor, y por eso son una banda tributo y no la de cartílago y sangre.
Arrebatá, de un tirón, de una lamida, toda la vida que hay en la persona que tenés enfrente, robale el alma, perdela en un bar, andá al baño, mea, reíte de tu vida y que el próximo borracho que entre a vomitar cuando inhale se quede con el alma hurtada.
Corré, luego de descansar varias vidas más la nueva, corré como si te persiguiera Dios para bendecirte en una vida de milagros de colores y millones de monedas de oro antiguas, corré, porque si te toca la dicha, la dicha te va a disfrazar de imbécil y ahí sí, no vas a poder repetir ni el nombre de tu madre, porque no te lo vas a acordar y porque cuando llegue a la punta de tu lengua, vas a darte cuenta lo buen golpe de efecto que es matar a tu progenitor.
Rodeá, no seas claro, mentí, tonteá, balbuceá mucho más, pero rematá todo apoyando tu cabeza en un hombro y simulando el Sueño de los Subcampeones. Esta y no otra, es la gran fórnula del veedor que no se compromete, del jugador manual, del autodidacta, de la rosa entre las piedras y las piedras moviéndose cortando el tallo de esa rosa que dentro de unas horas, aseguraremos que nunca existió.
Finalmente, sentate en la mecedora, mate en mano, vida al hombro y bazooka en el otro.
En algún momento, la Patria, Dios o Peter Pan te van a llamar, si no perdiste el teléfono en el camino hacia la revolución de tus idiotas tripas.
martes, 14 de septiembre de 2010
PIGGIES
De la chupapijación a la acaramelización de toda una secuencia, hay un par de hechos de diferencia, de distancia y de miel.
Sólo faltaban cuatro o cinco normativas de ordenanza, alguna chicanita artera y unas rupias para que la arrodillada sea una amansadora guacha de adoctrinamiento sin doctrina.
La revolución estuvo en marcha, al gallinero, al Colón en otra instancia pero con otra camisa y otro saco, y la rueda rueda que te rueda hasta que se pincha, se sale, se explota y los expectadores, inexplicablemente, aplauden.
Aplauden porque están cagados, estos putos sólo tiran piedras y son los putos de Saavedra, pero sin más, sin cariño, te la aplauden, te la chistean, te la amargan y te la sacan un ratito antes de que encima, te guste.
Petróleo que no es combustible, pero que enciende rápido y tramposo.
Qué me van a venir a hablar de la historia, si cuando la historia está ahí y cabecea para que la saques a bailar, te ponés a mirar los dibujitos animados.
Vamos, che.
A veces la noche te deja chueco, a veces pelado, a veces clavado frente al espejo y el espejo es el retrovisor de un auto: tu cara, desfigurada, profundamente pretende parecer cuerda, pero parece juguete a pilas viejo, un ojo prende, el otro no, y la boca balbucea pavadas que en el momento parecen geniales, que pueden serlo pero que definitivamente te las olvidás al instante.
La tierra de los no-muertos se alza en la montaña baja, y desde la TV, la varonilidad (si es que está puta palabra existe) se desintegra, te insume en profundas cavilaciones y descubrís que la radio es lo mismo y mucho peor: el teléfono es lo mismo, cuando del otro lado, hay, en efecto, ALGUIEN.
Debería ser humano, sabés, pero no lo es.
Nos vemos mañana, dale, donde digas y con las armas que digas: yo llevo mi 357 roto, vos llevá tu Halcón Milenario.
El mío al menos, es de verdad.