Mi
nombre es Juan Sebastián Soriano. Mi DNI es 28062691. Tengo 33 años,
vivo en Santos Lugares, donde nací.
Soy
el referente de Vatayón Militante, esa agrupación con la que Clarín
se ensañó para decir que éramos los más malos, titulando un
montón de veces que nosotros sacábamos presos para actos
kirchneristas, cosa que se comprobó absolutamente falsa.
Pero
no es de lo que quiero hablar.
Quiero
hablar de otra cosa, quiero contarles a todos y a todas por qué
carajo soy kirchnerista.
Soy
kirchnerista porque sé que todos los bebitos y bebitas que nacen
ahora, tienen por derecho, una Asignación Universal por Hijo, que no
es otra cosa más que guita, plata, para que puedan comer y beber. Y
también sé, aunque muchos digan que no es así, lo sé, que para
que le den esa guita a la madre, tienen que presentar
obligatoriamente los certificados de vacunación y de estudio.
Las
vacunas son gratis. Ir a la escuela también.
Podría
decirte un montón de otras cosas de por qué soy kirchnerista y por
qué defiendo a este proyecto a largo plazo. Podría contarte que
este gobierno es el que tiene la decisión de dar créditos,
préstamos, nada de regalar, a las personas que quieran y puedan
tener su casa propia. Y eso no es joda. Porque para que una persona
pueda tener su casa propia, hay mucha gente que trabaja en la
construcción, en las inmobiliarias, haciendo laburos de pintura,
electricidad, carpintería, techos, suelos, paredes. Estamos hablando
de casi doscientas cincuenta mil casas que se están construyendo.
Esto
no es joda.
Podría
decirte, hermano o hermana, que soy kirchnerista y soy como vos.
Igual a vos.
Me
gustan las películas que mirás: a mí también me gusta Tarantino,
y escucho a Los Ramones. Me encantan los Redondos, Almafuerte.
También me gusta mucho Daft Punk.
Y
me encanta que un gobierno diga con exactitud lo que va a hacer y que
luego lo haga.
Ya
sé lo que me vas a decir: que
en la política roban.
Te
voy a contestar una cosa por la que muchos compañeros me van a
querer matar: puede ser que roben. Puede ser que en la política en
general, se robe.
Yo
de hecho, conozco a muchos en la política que son hijos de puta,
porque otro nombre no tienen, que me parece que roban.
Tipos
y tipas que se acercan a la política para poder tener un mejor auto.
Un mejor negocio. O que la policía no les toque el culo. Que no
quieren hacer las cosas mejores para el pueblo.
Y
sé que no conozco ni a la mitad de estos hijos de puta.
Pero
también conozco a muchas madres y padres, familias enteras a las que
les cambió la vida el kirchnerismo, y es por esto que te estoy
contando: la Asignación Universal por Hijo. No sé de quién fue la
idea, puede haber sido de Carrió, de Pino Solanas, de Kirchner, de
cualquiera. Pero la fuerza política que dijo: “Podemos y tenemos
que hacerlo”, fue ésta, el Frente Para la Victoria, muchas
personas a las que les gusta la política, y que hacen lo que hacen
porque no duermen pensando en esto.
Mi
vieja, hablando de madres, es jubilada docente, fue directora de un
jardín de infantes en el barrio durante cuarenta años, y el año
pasado se fue a Estados Unidos por primera vez, con su jubilación.
Es kirchnerista, y no lo era, pero tiene dos aumentos anuales en su
jubilación.
Yo
hago política. Abiertamente. Milito. Vamos con mi agrupación a los
barrios a tratar de acercar el Estado al pueblo. Escuchamos a la
gente. Vemos qué está mal. Les contamos qué pueden hacer para
estar mejor. Nos enojamos. Nos ponemos tristes. Celebramos y nos
ponemos felices con pequeñas victorias, también. Y lo hacemos
muchos, mucho tiempo, cuando podemos, como podemos, porque queremos y
porque podemos.
Y yo me muero por este proyecto porque me muero si un nene o una nena está mal. Me muero un poco cuando veo que hay pobres o villas o asentamientos y no llegamos. Me muero cada día cuando veo que una nena nace mal, vive mal y va a estar mal. Me muero cuando la urgencia le gana a la vida y me duele la cara al hablar de kirchnerismo, saberme militante y saber que no puedo llegar a todos lados. Me muero todos los días porque sé que lo que hacemos desde el peronismo, nunca alcanza del todo. Me muero como vos por no poder hacerlo. Pero te aseguro que doy la vida por esto. Doy la vida por mejorar todo. No estoy usando un eufemismo: yo sé lo que es no poder dormir, no comer, dormir en el suelo, sentirte golpeado, vapuleado, castigado, por querer hacer algo en nombre de un proyecto.
Y yo me muero por este proyecto porque me muero si un nene o una nena está mal. Me muero un poco cuando veo que hay pobres o villas o asentamientos y no llegamos. Me muero cada día cuando veo que una nena nace mal, vive mal y va a estar mal. Me muero cuando la urgencia le gana a la vida y me duele la cara al hablar de kirchnerismo, saberme militante y saber que no puedo llegar a todos lados. Me muero todos los días porque sé que lo que hacemos desde el peronismo, nunca alcanza del todo. Me muero como vos por no poder hacerlo. Pero te aseguro que doy la vida por esto. Doy la vida por mejorar todo. No estoy usando un eufemismo: yo sé lo que es no poder dormir, no comer, dormir en el suelo, sentirte golpeado, vapuleado, castigado, por querer hacer algo en nombre de un proyecto.
No
milito por Cristina.
Milito
a Cristina, porque Cristina representa lo mejor posible en mucho
tiempo, por los niños y las niñas de mi país, a los que amo con
los ojos cerrados y los abrazo haciendo cuando puedo hacer, y eso es
todo el tiempo.
Podrás
preguntarme a qué me dedico. Y te lo cuento: laburo para este
Gobierno, y eso me llena de orgullo.
Mi
cargo tiene que ver con la creatividad, porque laburé muchos años
de creativo publicitario y también de guionista. En publicidad
podría estar cobrando cerca de diez mil pesos: cuando me retiré
había ganado muchos premios. Muchos de verdad.
Como
guionista de televisión, podría estar ganando cerca de veinte
lucas, no es joda, de verdad, eso paga la televisión en Argentina.
¿Sabías que somos el cuarto productor mundial de material
audiovisual? Esto no es joda, esto es un hecho, está chequeado.
Yo
elegí un día dedicarme a la política. Mandé muchos mails. Muchos
de verdad. Traté de buscar a alguien que me abra una puerta. Traté
de entrar y de mostrar qué es lo que sé hacer, y que de puta
casualidad, es lo que me gusta. Y lo conseguí.
A
fuerza de mucho laburo, de bancarme mucho tiempo sin nada para comer,
literalmente. La computadora que tengo en mi casa me la regaló una
compañera. La heladera también. Había gente que me traía a mi
casa bolsas con comida, y de eso no me olvido más, porque fue
durante el kirchnerismo que decidí apostar todo a esto, toda mi
vida, todo mi tiempo, toda mi pasión, todo mi nervio, todos mis
sueños y todos mis despertares. Literalmente, otra vez. Ahora gano
siete mil pesos y medio. No es un sueldo altísimo, pero sé que es
mejor que el de muchísimos y muchísimas en este país. Mi cargo es
Asesor Conceptual de Eventos, para Jefatura de Gabinete, y sé que
puede sonar a sarasa total pero no lo es: hago eventos, desde el
planeamiento estratégico y político, pasando por la estética hasta
llegar a su consumación final. Pueden ser charlas, conciertos,
muestras y cosas que tienen siempre que ver con la cuestión
cultural. También relacionadas a la comunicación, y eso, es muy
parecido a hacer publicidad, pero en lugar de vender un desodorante,
trato de contarle a todo el mundo qué es lo que yo creo que es mejor
para todos y todas, y todos y todas los y las que van a nacer mañana.
Te
digo todo esto para que no me digas que hablo porque me pagan: así
no trabajara para el Estado, haría lo mismo que hago ahora, pelearía
por lo mismo y militaría igual.
Esto
no es para todo el mundo. Esto de militar. Esto de tratar de hacer
las cosas. Esto de morirse todos los días por ver que no llegás a
nada. Seguiría dando la vida por un Gobierno que me dice que la
Patria es el Otro, tratando de contarle a todo el mundo un
sentimiento muy fuerte, muy intenso, que consiste en comprender que
si el de al lado mío está bien, yo voy a estar mejor. Porque eso
pasa de sentimiento, a realidad.
Y
esto es, en verdad, el peronismo.
El
peronismo es uno sólo y no es un adjetivo. El peronismo es un modo
de vivir, y por más que Menem te haya dicho que era peronista, Menem
trabajaba por y para Estados Unidos y las empresas de allá.
Este
gobierno, este movimiento suramericano en verdad, el kirchnerismo, es
el que le dijo que no
a
Estados Unidos cuando quiso hacer un tratado de libre comercio, que
era que cualquiera pueda ofertar cualquier cosa en toda América: si
eso pasaba, la oferta de los países más poderosos nos iban a romper
al medio e íbamos a perder todo.
Pero
Néstor, Chávez, Lula, todos se pararon de manos.
Esa,
querido compañero de vida, es una gran diferencia con el tipo que
vino ahora a decirte que es como el kirchnerismo pero bueno, blanco y
humilde: Massa, ese que dice que no pelea, que es sanito y que quiere
trabajar con vos, hablaba todo el tiempo con la Embajada de Estados
Unidos cuando era Jefe de Gabinete de este gobierno. Le contaba cosas
que él creía malas de este gobierno, como si Estados Unidos fuera
la policía del mundo. Eso no es traicionar a tu jefe. Eso es
traicionar a la gente. Y no es que a Estados Unidos le denunciaba que
alguien robaba, eh. No. Les contaba cosas de cómo funciona este
país, de qué queríamos hacer y qué terminamos haciendo.
A
mí también, te cuento, me enoja cuando veo cosas horribles. A mí
no me gusta el Papa, y mucha gente se enojó dentro del kirchnerismo
conmigo. Pero igual no me gusta. A mí no me gusta que ningún
funcionario gane cuarenta lucas al mes, me parece obsceno y horrible.
Y lo que ganan eso son todos los funcionarios de todos los partidos
políticos, no solamente nosotros. Tampoco me gusta que en la esquina
de mi casa haya un pozo, que se inunden los lugares que se inundan,
sean en Belgrano o en la palangana, en La Matanza. Me da asco que
todo eso pase. No me gusta ni de lejos la idea de bajar la edad de
imputabilidad y también me da mucha bronca cuando la guita se gasta
en cosas que podrían hacerse con menos guita. Tampoco me gusta que
el Jefe del Ejército sea un tipo que al menos desde lejos, estuvo
durante el Proceso. No me gusta y me resulta injustificable.
¿Y
sabés qué? Yo digo esto, aun laburando en Jefatura de Gabinete, y
sé concretamente que nadie me va ni a apretar las bolas, ni a echar,
ni a decir nada de nada, porque en este país, cualquiera puede decir
cualquier cosa, cualquiera puede ofender, difamar, mentir, decir las
cosas más absurdas, también lo bueno y la libertad es tal, que
nadie toma represalias. NUNCA. A mí jamás me dijo nadie que diga
algo que no quiero decir. Jamás. Y todo lo que digo acá, sobre las
cosas que no me gustan, las digo en cualquier lado, las digo en el
momento oportuno, las digo a veces con malas palabras, y a veces me
arrepiento del tono pero nunca de lo que digo.
Y
lo que digo que me gusta no lo digo porque alguien me pague por
decirlo.
Pero
esto también es democracia.
Y
esta democracia está fuertísima, porque hay un gobierno que
teniendo a gran parte del poder económico en contra, trabajó, hizo
fuerza y supo que el pueblo, en su enorme mayoría, elegía seguir
haciendo como lo hacemos todos los días.
Quiero
decirte, nada más y nada menos, querida amiga, querido amigo, que yo
soy el kirchnerismo.
Yo,
que soy un pibe normal, o ya no tan pibe.
Yo,
que miro las películas que vos mirás.
Yo,
que escucho las bandas que a vos te gustan.
Yo,
que trabajo, milito y vivo para vos y para todo el mundo: los que nos
quieren y los que no nos quieren.
Yo,
que soy igual a un montón que nos votan y a otro montón que no nos
votan.
¿Por
qué te creés que soy kirchnerista? ¿Estoy loco?
Te
pido que me des pelota, nada más.
Preguntame
lo que quieras y tené en cuenta que si te pido que vuelvas a elegir
a este gobierno, es por algo.
Estoy
de tu lado.
Y
yo me muero porque todos estemos mejor, durante muchos años más.