sábado, 30 de abril de 2011
BASTA DE DIVERSIDAD DE MENTIRA
viernes, 29 de abril de 2011
FRENTE PARA LA DERROTA
miércoles, 27 de abril de 2011
PICANTE
lunes, 25 de abril de 2011
GUERRA
jueves, 21 de abril de 2011
PERRONISMO CALIFICADO.
lunes, 18 de abril de 2011
NÉSTOR ES MÍO.
sábado, 16 de abril de 2011
OPINO LO QUE QUIERO PORQUE ES MI BLOG VII
viernes, 15 de abril de 2011
6, 7, 8 TIPOS Y UN CHISTE.
miércoles, 13 de abril de 2011
lunes, 11 de abril de 2011
domingo, 10 de abril de 2011
ASI NOS VA CRECIENDO.
miércoles, 6 de abril de 2011
EL PODER
lunes, 4 de abril de 2011
LA MILITANGA
Ahora, espero, van a dormir más tarde.
Cuando arrancamos a pensar, a vivir, a sentir o simplemente a husmear la militancia, hoy, encontramos con una vaga sorpresa el factor sexual que tiñe toda la historia.
Parejas heroicas por doquier, hombres poderosos, mujeres hermosas, mujeres efectivas y hombres reales.
Descubrimos que la ausencia de vidas pasadas más o menos y más menos que más, “exitosas” en todo el material militante los arrojan, y nos arrojan a tratar de ser padres de un todo que nos permite construir un pasado que no fue, pretendiendo un futuro que será.
Que viajamos, que marchamos, que bebemos, que comemos, que fumamos, que tiramos, que sacamos, que pelamos, que desnudamos, que cantamos, que sacamos fotos, que escuchamos temitas, que no los escuchamos, que ponemos una carpa, que tenemos una carpa, que nadamos como carpas, que el colectivo no viene, que lo dejamos pasar, que no tomamos colectivos que esperamos al próximo, que nos encontramos y no nos conocemos, que no nos conocemos y nos tiramos en una cama, que recién sabemos nuestros nombres y nos brillamos en los ojos, que dormimos, que nos rascamos la cabeza al despertar, que bufamos, que celamos, que matamos, que morimos, que somos vida y no damos vida porque la vida la damos.
Nos abrazamos, bailamos, somos compañeros, pensamos igual, amamos a Perón, a Néstor, a Cristina, a Evita y tenemos todos, un grito de corazón.
Creemos en todo lo que buscamos creer y nos encontramos replicados en las palabras del que tenemos enfrente: el momento histórico nos empata a los que no tenemos estudios con los que sí lo tienen, a los que somos feos con las que son hermosas, a los que somos gordos con los más flaquitos y a los negros de mierda, como nosotros, con esos preciosos e imperfectibles alemanes norteamericanos de Palermo que comen casi todo con rúcula y a los cuales no les importa mucho si lo que beben en el bar ese que te venden todo en otro idioma, es rico o “pega”, sino que se fijan y a veces nos fijamos, que ese traguito, sea cool y tenga onda.
Porque de la onda vivimos, con la buena onda ganamos, y con la mala también, siempre dentro del personajito del maldito, el cabrón y el que se venía enojando contra todo y toda.
Así, nos pega de frente a una generación hija de otra generación que es hija de otra generación, un aluvión de historias fracturadas, padres separados en las crisis, familias destruidas por malversaciones sentimentales e historias de desilusión común a cualquier momento de la humanidad, pero que al ser nuestras, nos permiten salir a golpear la cacerola de la conciencia y a no volver a permitir que nos metan el dedo en la nariz, ni para sacarnos un moco.
Así marchamos, así cantamos, así luchamos y mientras tanto, nos besamos, nos amamos, nos encontramos replicados y repicados y no estamos muy seguro de a quién apoyamos cuando se trata del Modelo y nos comemos un batraciecito, pero tenemos un cachito de miedo de que todo se termine yendo al carajo.
Porque así nos han criado, así hemos perdido y así hemos tenido varias enseñanzas en las escuelas con diferentes formatos, varios padres y padrastros, varios hermanos y hermanastros y varias parejas y parejastras que bueno, hacen que uno, termine inventando una palabra para designarlas, diferenciarlas y meterlas en una nota de una revista.
Así luchamos, con la alegría de lo nuevo porque aunque viejo, es todo nuevo, y porque creemos, es que nos superamos y asumimos nuestros errores, siempre en silencio y puertas adentro, pero los asumimos.
Así levantamos las banderas de la Justicia Social y de lo que creemos, en mucho tiempo, en lo mejor posible.
Así caminamos codo a codo con una clase política que camina con nosotros, a los que le creemos la vida porque queremos una vida mejor y poco a poco la vamos teniendo.
Así vamos agarrados de los brazos, empujando una misma idea y tratando de ser padres, hijos, hermanos, amigos y en algunos casos, hasta perros fieles.
O perros infieles, pero siempre perros.
Que soy malo, que sos buena, que sos buena, que sigo siendo malo, que te muerdo, que no te muerdo, que te toco, que no te toco, que te odio, que no te odio, que me amas, que no te amo, que quisiera querer odiarte y no te odio, que no pienso quererte, que pensás quererme, que te confunde la bandera que llevo, que te confunde esta frase que tipeo, que te da miedo, que perdí el miedo, que te saco a bailar, que la saco a ella, que las saco a las dos, que hacemos quilombito, que no lo hacemos, que tomamos vino malo, que rascame el brazo porque me pesa el trapo, que mirá a ese trapo que bueno que está, que cuál trapo, que aquel que camina o ese que flamea, que te pregunto, que te ignoro, que me gustás, que no me gustás, que me gustás más, que te muerdo menos, que somos buenos, que somos jóvenes, que somos viscerales, que somos sangre, que somos pueblo y que somos personas con corazones porque sino para qué carajo vamos a estar haciendo política.
Así vivimos, con la militancia y la militanga, descreídos del militongo y con la simpatía melancólica porteña del militango, siempre a mil, nada militar, buscando minas, millones y milanesas para todos.
domingo, 3 de abril de 2011
HACER EL AMOR.
Hacer el amor puede ser, entre otras cosas, hacer las cosas con amor.
Puede ser levantarse para pensar una pavadita que después se convierte en algo un cachito más grande y entonces le sacaste una sonrisita a una persona.
Puede ser, también, fijarte que el mate no esté demasiado caliente ni se lave la yerba.
Hacer el amor puede ser dar un abrazo a ojos cerrados y desordenando el pelo, y puede ser si se quiere ir hasta la esquina a buscar una bayaspirina para la persona a la que le duele la cabeza.
También, si no se piensa demasiado, hacer el amor puede ser laburar en equipo, no pisarse y potenciarse permanentemente.
Hacer el amor puede ser, en el peor de los casos, estar atrás de algo cuando ese algo necesita puntual y precisamente que uno esté atrás.
Quizás el amor podría ser bailar, gritar, saltar, soltarse y atarse el pelo, ponerse o sacarse la camisa y disfrutar como si cada momento fuera tu cumpleaños.
Hacer el amor es estar limpios, estar orgullosos y estar seguros de que las cosas no son ni buenas ni malas sino que son cosas, asumir la realidad que te rodea y hacer todo apretando el corazón, escurriéndolo para que chorrée sangre y que esa sangre caiga a la tierra y permita florecer mil corazones.
Hacer el amor, tiene mucho de dolor.
Hacer el amor es cojer, también, del mismo modo que hacer el amor es fumarse un pucho con un amigo en la puerta de la casa mientras te cuenta lo pelotuda que está su suegra o el fatto que tiene en la oficina y que te lo cuenta en voz bajita para que la mujer, que también tiene otros fattos y que también lo comenta con sus amigas, no escuche.
Porque hacer el amor es la obscenidad de los sentidos, el streap tease de las almas y la purga de los misterios que se ven a la luz del día.
Hacer el amor es revolcarse en la tierra y en los trajes y en la miel llena de moscas.
Hacer el amor es matarse y dar la vida y no dar nada y esconderse.
Hacer el amor es ponerse desodorante, una camisa más o menos linda y unos aros grandotes.
Hacer el amor es morir, porque hacer el amor es vivir.
Tendremos que cerrar más los ojos para ver mejor, dormir menos para soñar más y quedarse callado para que el grito se escuche desde el cielo.
Porque el amor se hace, todos los días.