jueves, 31 de diciembre de 2015

2016 nos encontrará unidos pero nada organizados


A las patadas, revoleándonos responsabilidades para actuar el "fue un poco más culpa tuya que mía" en un sinfin de errores que hemos cometido todos y todas, sin excepción honrada.

Claro que hay quien tiene más o menos responsabilidad que otros y otras, pero así como nada fue magia, con la leche derramada en la tapa del diario del lunes y los enanos crecidos dos metros somos todos arquitectos del amor, la vida, la tecnología, la comunicación, la política, la gestión, la militancia y un montón de otras cosas.

Lo que no puede pasar, nunca más, es quedarnos callados, esperar, guardarnos las cosas, ver qué pasa o someternos a interlocutores sin escrúpulos que no interlocutaban nada.
Bajar el nivel de misterio, de runa antigua, de lectura de signos solares y gestos.
Hablar de frente manteca, no hacer el espía versus espía en un tráfico de influencias que termina haciendo quedar como un boludo al que recibe como al que lleva y trae.
Si todo hubiera sido más claro, posiblemente el resultado... hubiera sido el mismo, pero al menos no estaríamos ahora acusando de que esa boca es mía, que no lo es, que aquella y que corre, ve y dile, dile, dile y dile de nuevo.

Todo a la luz, todo.
Nada en el oscurantismo iluminado de espaldas al pueblo.

Vamos a necesitar autoridad para corrernos, autoridad para proponernos y autoridad para correr o proponer.
Autoridad que nos tiene que dar la moral y la verdad, la justicia y la igualdad, las ideas y el futuro.

Vaciar los placards de esqueletos y tirarlos arriba de la mesa y entender que todo el mundo al menos un poco, tiene razón en ciertas cosas y está equivocado en otro montón de cosas.

Complementarse entendiendo que lo que importa es el pueblo y ahí la urgencia es urgente.
No puede ser tan difícil.
Ni podemos ser tan mezquinos.
A este paso, romperemos la máxima de que nos estamos reproduciendo; tan fanáticos de las frases hechas y de perogrullo, jamás comprendimos que la actualización doctrinaria, de políticas y de acción, contextualizadas y con la dinámica del hoy y mañana, es lo que demanda la hora, a cada hora.

Y el 2015, estuvo buenísimo por necesario.
La derrota forjará victorias o quedará para siempre en una derrota.


jueves, 17 de diciembre de 2015

Star Wars: Episode 7.5 The Force Awakens en el Congreso

Porque en cualquier otra red sería demasiado SPOILER, acá dejo mi crítica, llena de los mismos, y bastante más abajo del afiche.
Entonces, si lo lees es responsabilidad tuya, al 100%.
Vamos.





















Hola, qué tal.
¿Sabías que hoy desde la oposición en la que estoy yo (sí, la resistencia rebelde, por eso el Starbird arriba en el blog desde hace bastante, je), hicimos un acto en el Congreso al que fueron miles y miles de personas? Por ahí no te lo contaron.
No sé bien cuán representativo de las mayorías es, pero tampoco es algo para no ver.
¿No?






























Sigamos.








Yo creo que en realidad, sería muy maravilloso que entendamos que a los actos nuestros de celebración u homenaje tenemos que ir con todos los trapos y las banderas y las remeras, pero a actos a los que queremos convocar a las masas populares, tenemos que hacerlo sin eso.
¿A qué jugamos?
¿A medirnos la fuerza entre nosotros?
¿A ver quién se queda con el kirchnerismo?
¿A mostrar que somos más que el PJ o algo así?
¿Cuántos votos suma entrar abrazados como si fuéramos contra algo?
¿Cuántas voluntades suma tirar bombas de estruendo? ¿Enamora mucho eso y no me enteré?
¿A quién le sirve ver una bandera gigantesca que tapa la visión desde cualquier lado?
¿Quién se siente orgulloso de tocar el bombo todo el tiempo mientras hablamos de Ley de Medios y comunicación?
¿Quién se cree recontra vivo cantando que Macri es la Dictadura cuando la ínfima mayoría votó a eso y la mayoría de las medidas que están tomando fueron avaladas por el voto popular?

Hay que hacer actos, hay que hacer marchas.
Pero no dejamos de ser militantes, compañeros, defensores del proyecto, peronistas, evitistas, kirchneristas, nestoristas o cristinistas por no regalarle la foto pava a los medios de "marcha kirchnerista".
La masa que fue hoy, enorme y hermosa, no era en su mayoría gente de ninguna agrupación.
Pero ahí vamos, torpes, ciegos y arrebatados a mostrar nuestras remeritas como si no hubiera pasado un tornado político y nos hubiera quebrado las patas.
Ahí vamos, revoloteando canciones a diestra y siniestras que hablan de los traidores de Massa en una suerte de situación vintage de "grandes éxitos de la década pasada".
En cierto momento nos debemos una revisión de qué hacemos, cómo, cuándo y qué decimos.
Porque mientras hablamos de la hoy "tía de todas las batallas" ya no la madre, nos entra una devaluación histórica del 40%, jueces por decreto y la emergencia en seguridad que le abre la horrenda puerta de la portación de cara lombrosiana a cualquier fuerza de seguridad que nos tenga ganas hace no 12 años, sino mucho más.
Pero seguimos hablando de 678 y otros tantos éxitos.
Consejo: si todo sale mal, 678 se puede filmar desde cualquier lado, subirlo a Internet y que sea para todos y todas. Si en éstos cuatro años que vienen no logramos generar medios alternativos 2.0 y 3.0, la batalla fue una derrota enorme y seguiremos abrazados hasta que vuelva JESÚS de donde sea.













Seguimos con la crítica.


















Mirá qué lindo es Kylo Ren.




Pues bien, aquí estamos.
En breve empiezan los spoilers.




















¿Ya?
Qué alegría ver a Daniel reunirse con todos los diputados y acordar ideas.
Qué maravilloso sería que se arme una gran mesa militante en donde nadie se desnude sobre la mesa con teléfonos rojos y se puedan aportar ideas que sean votadas, sin caer en el asambleísmo berreta trosko.
Qué lindo sería que nos den bola a los locos que seguimos y seguimos y seguimos sin red, sin apoyo, sin nada, con las ideas que son a pruebas de balas, con la militancia que tiene piernas cansadas.
Qué lindo sería.


Quizás algún día pase.
Quizás algún día la fuerza despierte.











Pero acá estamos para escribir una crítica.
De cine.
Eso.


Vamos.
Vamos.
Vamos.

















Ya.



A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS.

































Star Wars The Force Awakens es un extraño reboot maravilloso y lleno de dulce de leche.
Con ciertas escenas o situaciones calcadas del episodio 4, destroza en mil pedazos a las porquerías de las tres precuelas y no cae en el error de ninguna de ellas.
El desarrollo de los personajes, con mayor o menor profundidad, invita a que amemos sin restricciones a un concepto, a una idea global como lo fue siempre Star Wars: no caeremos aquí en los personalismos que tanto mal nos han hecho, querido compañero.
Porque la fuerza ahora somos nosotros.

Entonces: una introducción que nos deja sin aliento, con la presentación del mejor villano hasta la fecha luego de Darth Vader. Kylo Ren.
Ese ser desagradable, odioso, nervioso, con tanta fuerza oscura como de luz, con tanto empuje hacia sus pulsiones que lo pueden dejar, conforme avancen los episodios, en una redención "allá" Vader o en algo mucho más violento, peligroso y disfrazado de pasión. Kylo Ren es pasión pura, es furia, es desesperación, es tristeza y es abandono. Es la incomprensión de la modernidad hecha carne en un hombre que por ahora, es parte de la peor oscuridad, más aquí de que Star Wars siempre tiene espacio para la redención total, plena y absoluta, sea cuando sea. Así de cristiana siempre fue la saga, así de cristiana lo seguirá siendo.
En esta segunda venida de un salvador, el pase de antorchas queda intacto. Rey es un personaje impecable actuado con una fe ciega en convertirse en clásico, y siendo mujer. Pocas películas más amplias en términos de igualdad que la gran saga.

El despliegue técnico de la película explota en cada rincón del metraje: dinámica, divertida, con efectos prácticos que maridan con el CGI como no se veía hace mucho, o como se vio en asuntos como "Jurassic World", en el que en efecto, volvimos a ver ahí a los dinosaurios vivos.
El gordo que compra y vende chatarra, es inmundo como siempre fue inmundo cada mercader de la saga.
Maz Kanata, la especie extraña que tiene el mítico sable, es sólo comparable al viejo y querido Gollum, ese portento tecnológico inigualable hasta ahora.

Y seguimos con las buenas noticias: con Kylo Ren no hay misterios a priori. Es todo reacción, pura furia, una mezcla entre todos los malos, pero sin la truchada aburrida de Grievous pero con su torpeza, sin la lamentable muerte de Darth Maul (podría haber hecho historia) pero con su oscuridad absoluta, sin la exageración de Palpatine pero la maldad de Sidious.
El Cónde Dooku no entra en mi memoria, fue extraído.
Y con el poder heredado y sin control de Lord Vader: bajo ningún concepto por ahora, Kylo Ren es "mejor que Vader", pero sí mejor que todos los demás, en fila, pegados y vengan de a uno.

BB8 es otro de los grandísimos aciertos.
Es divertido, con finas dósis de humor y con una robusticidad robótica (eeeepa) que no se veía, sí, desde el viejo R2D2. Carece de un amigo imbécil como es C3PO, y eso lo hace, de momentos, algo naif, porque tiene que encarar a dos "dramatis persona" en un sólo personaje.
Me he reído y lo he aplaudido y hubiera apostado que iba a ser lo que menos me gustaría de semejante peliculón hermoso y ultra dinámico.

Finn, por su parte, aporta un misterio infantil que invoca a sus orígenes y a su poco conocimiento de la sociedad. Por ahora, de cualquier modo, sigue siendo todo misterio alrededor de éste personaje que ocupa un lugar que hasta ahora, no tenía nadie: el del buddy que no es sólo eso, no es un Chewie, es... algo que con esperanza, aguardaremos sonrientes mirando Rogue Scuadron o lo que quiera que este multiverso nos quiera regalar de aquí en adelante.

Graves errores la película tiene.
La Capitana Phasma es absolutamente orillera, sin sentido ni objetivos, profunidad o relato.
Está ahí sólo para demostrar que se pueden vender más juguetes aún cuando el personaje es igual a una Kangoo plateada, apagada, estacionada y barnizada.
Una pena.

La situación "nazi" es también lamentable, puesto que mucho se habló ya al respecto con los diseños de indumentaria del episodio IV, con lo cual seguir en esa línea hasta exponer en una obviedad un saludo o un tono o una formación, sobra y sobra mucho: esto no es el mundo real, esto es magia.

Poe Dameron también es explorado con una escaséz desesperante: ¿Así que es el mejor? ¿Así que lo secuestra Kylo? ¿Y? Contame más, papi.

Han Solo y Chewbacca sólo cumplen con el rol del autohomenaje y tampoco se explota como esperábamos al Milennium Falcon. Porque si lo va a manejar otro, ya no es lo que uno quería ver.
Leia es aburrida como lo fue siempre, así que no sorprende nada, más acá de apreciar su presencia y celebrar a Carrie Fisher como la tía loca que ninguno de nosotros tiene, y si la tenemos, NO FUE NUNCA LEIA.

La "situación de Han Solo" no me animo ni a escribirla, pero me pareció absolutamente inesperada aunque deseable e inevitable: signo de estos tiempos como toda la película, la ultra violencia y la edición por corte directo sin transición fue una arriesgada decisión del director que desde aquí celebramos con albricias y fuegos de artificio.

Y luego está Luke.
Luke y todo lo que Luke significa.
Que sí, podría haber sido más.
Que sí, no vamos a poder esperar tantos años.
Que sí, hubiera pedido 12 pesos de mi entrada de nuevo, al menos 12 pesos.
Pero era Luke.
Estaba ahí.
Y la decisión autoral de que suceda lo que sucede, o que no sucede, es otro riesgo que también celebro: Star Wars es algo nuevo, hijo de lo viejo, hijo directo, pero algo nuevo y con dolor despedimos a las exequias más hermosas que nos han hecho crecer. Pero crecimos.

¿Estoy dejando afuera las escenas de acción?
No.
No te las cuento porque eso tenés que vivirlo.
Tenés que sentirlo.
Es una obra de arte.

Mi calificación si tuviera que ponerle un puntaje de Jar Jar siendo lo mínimo y "Soy tu padre" siendo lo máximo, es un irónico "dos menos" que el máximo, al que le pondremos "Bobba Fett".
Intensa, divertida, hermosa, la quiero ver todas las veces que pueda.

Y no, no podría haber sido mejor, porque es brillante.
Pero definitivamente y la historia lo ha dicho y hecho, podría haber sido peor.


Por miles de generaciones y versiones más, Viva Star Wars.
Y viva George Lucas.
Y viva JJ Abrams.

Y Viva Perón. Always.



PD: ¿Viste? Al final no spoileé tanto y estoy seguro que no expresé lo que sentí con ésta hermosura, ni a la mitad de lo que viví anoche y que viviré muchos días más cada vez que la vaya a ver de nuevo.

Que la fuerza esté con nosotros.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

la herencia


12 años te dijeron que la cosa estaba por explotar desde el 2003 pero cada fin de año, tenías tu subsidio en la energía, te cuidaban el precio del dólar para que nada te salgo tanto más caro y tenías la seguridad de tener laburo en enero.

Primero lo llamaron viento de cola.

Después lo llamaron pacto con Venezuela.

Después te dijeron que era "la plata de los jubilados" (y jamás un jubilado o jubilada dejó de cobrar ni dejó de recibir aumentos todos los años).

Te dijeron que todo se sostenía con China y te dijeron que China venía a comprar Argentina, y caramba, ahora los acuerdos son con China, la misma China.

Te dijeron que había que abrirse al mundo, y ahora te enteraste que esa apertura al mundo era para poder pedirle OCHO MIL MILLONES DE DÓLARES AL BID y a la banca yankee, cosa que no hubo que hacer en DOCE años.

Durante 12 años pudiste comprar la carne que quisiste y no te dijeron que eras un enfermo si querías lomo, pero también sabé que lomo no va a haber más, por esa pavada kirchnerista del abastecimiento y con la pinza de poder exportar, se va a exportar y cobrar en frescos dolarcitos.
Entonces si no hay lomo, por la oferta/demanda, también vas a tener que pagar más cara la milanesita de nalga, el peceto, el vacío, la entraña, la arañita y lo que quieras comer.

Pero bueno, ya cambiamos.
Y sin embargo, quiero decirte: no fue magia.

No fue magia tampoco que se decida devaluar con el dólar empezando en un piso de 14 y con los 8.000 millones de dólares comprados carísimos con el único objetivo de regular al dólar: lo mismo que hicimos nosotros, pero con recursos genuinos sin deberle además a la banca.

No fue magia que se decida aumentar todo ni que queden menos productos en "precios cuidados" y se bajen tantas marcas.

No fue magia que no haya certeza sobre los trabajos atados a lo social, porque hay prórrogas pero nada firme. Y cuando un trabajo está atado a un programa social, no se puede evaluar como un trabajo privado, sabés.

Tampoco fue magia que decidan hacer cortes programados de luz, ni la quita de subsidios que a vos, a vos, a vos y a vos les va a llegar, como a mí, lo hayamos votado o no.

¿Qué tal?

Nunca es magia, compañeros y compañeras.
Siempre es decisión política.

Y nosotros seremos el subsuelo de la patria devaluada y sublevada, o no seremos nada.

martes, 15 de diciembre de 2015

nuestro mejor momento


En algún momento iba a pasar.
En algún momento íbamos a perder y les aseguro, hermanos y hermanas, que no hay mejor momento que éste para que lo que creemos tragedia, suceda.
Hace algunos días, en la Exma, antes de que hable la Presidenta, las Abuelas miraban a los compañeros y compañeras cantar. Me detuve un largo rato mirándolas: ellas cantaban felices, sonreían, luminosas como la vida, como siempre, arengando, moviendo los brazos, con la fuerza que nace desde abajo de la tierra hasta el cielo y más allá, y más claro que nunca no entendí, sino que ví y viví que perder es otra cosa.
Todo lo que nosotros creemos que puede ser una tragedia, es el simple devenir de una patria tan joven, torpe y hambrienta de vida como la nuestra; no es maniqueo evaluar que nuestros tatara bis abuelos fueron los que forjaron la patria, porque recién estamos cumpliendo doscientos añitos en una civilización que tiene muchos miles y miles y miles.
Entiendo que hay cierto sector militante que se pone muy emocional, que quiere que algo o alguien le de un abrazo hasta que vuelva Cristina, pero ella ya lo dijo, reduciendo la máxima peronista de que mejor es hacer: no fue magia.

Las cosas no “suceden”.

Nada en el país “pasa”.

Es una enorme falta de respeto a todos los y las que nos precedieron, a quienes fueron asesinados o asesinadas, a quienes hicieron desaparecer, a quienes se murieron de viejos o que simplemente se murieron. Todos esos hombres y mujeres que caminaron nuestro camino, se merecen algo más que una multitud pasiva, desgarrada y expectante, una reunión inmensa de meros veedores de la realidad, como si la política fueran los demás y al país se lo fuéramos a regalar a cualquiera para que lo destruya. La patria es el otro, sí, pero es mía. Es tuya. Y también es de los malos.

Deconstruir a todo lo bueno y convertirlo en algo malo, es la tarea hercúlea que con probado éxito ensayan desde los medios amigos del neoliberalismo hace casi doce años, desde los voceros mediáticos y famosos multipremiados que se rasgan las vestiduras en un honestismo del que carecen y que son, mis queridos compañeros y compañeras, los primeros que se van a meter debajo de la cama para decir “yo hice lo que creí correcto” (y ya más de uno lo ha hecho, radicalizando su discurso en un helicóptero de fantasía hacia un lugar más cómodo).

Una suerte de obediencia debida a una responsabilidad que para esos y esas es un juego, un entro y salgo, una red social, un almuerzo con lo más retrógado y fascista de los medios vernáculos.
Urbanitas nacidos en lo mejor de la patria (cualquier provincia menos Buenos Aires) en aburridos noticieros que aburridos de comentar sobre la ciencia que también les resulta aburrida, (ciencia que hacen los demás), devinieron en voceros de una derecha ultrajante para las pieles más curtidas, en un cotillón berreta en forma de notas o columnitas en Perfil o twits o magazines del mediodía, de un fin de fiesta que ellos celebran porque su misión fue cumplida. Vómitos babeantes absolutamente objetivos convertidos en “investigación” que denostan a todo lo que se parezca a la cosa popular, al asunto peronista, a sus propios trasuntos mentidos sobre lo que jamás, nunca, en sus grises vidas serán: amados por multitudes, apoyados por los humildes, seguidos hasta el final que nunca llega por aquellos y aquellas expulsados de cualquier sociedad que no combate al capital.

De todos esos, que trabajaron de escribir contra algo, es el malogradísimo final eterno y el olvido.

Faltan unos, sin exagerar, cien años más de peronismo, ganando y no ganando, de traje o en cueros, en una banca o construyendo cuadros para esas bancas, para que alguien pueda decir que algo tan lindo se terminó: el peronismo no puede desaparecer, nunca, porque no es un movimiento político. Es una filosofía de vida. Que a los más gorditos, pálidos y blancos de alma, les molesta mucho.
Y definitivamente no alcanza (nunca alcanzó) con poner los brazos en jarra y decir “Qué barbaridad”: eso se lo dejamos a ellos, que exentosdedignidadmanoseanabaratanymenosprecian a las masas, señalando con sus huesudos dedos desde la brutalidad más salvaje posible, oculta detrás de hermosos anteojitos de carey y sonrisas finas con gusto a sushipán.

No veremos jamás a los “voluntarios de la alegría” caminar junto a los humildes, pero si nosotros no nos movemos, los humildes se quedan solos y solas, como tantas veces pasó, como les mienten tantos (incluso fuego “amigo” de un grupo oscuro que se va o encaramos con sus cabezas) que es su destino de paria.

Videla dijo que su peor momento llegó con los Kirchner.
Yo digo que nuestro mejor momento llegó con ellos, y con ella.

O hacemos al país, o dejamos que lo hagan los demás.

¡A militar y viva Perón!


miércoles, 9 de diciembre de 2015

nos volveremos a ver

Porque cuando llegó desde una nada que era un montón, no la vimos venir, y no entendimos cómo una mujer así podía ser Presidenta.
Eramos tontitos, cancheritos, las mujeres en la cocina, y lavando los platos.
Las mujeres lavando ropa, cobrando menos, siendo menos que nosotros los machitos.

Y sin embargo se plantó con todos, contra todos, desde el lugar que le dimos y nos pidió, sin pedirnos nada a cambio más que seguir adelante, caminando, trabajando, militando, sin aflojar, sin bajar los brazos salvo para levantar un balde, vaciar una zanja, cavar una y tratar de transformar los días, transformar la patria, transformar lo que haya que transformar.

Y nos trajo amor.
Nos trajo amor a manos llenas.
Nos trajo una bandera gigante que besamos para siempre.
Nos trajo al cielo.
Nos trajo un himno a los gritos.
Nos trajo la pasión de la patria, de la manito negra de Zamba, manchada de chipá.
Nos trajo a San Martín, empujó a Sarmiento, corrió a piedrazos a Colón y Juana, la Juana, levanta su espalda en alto para mirar al devenir de una patria que elige vivir o morir, reír o llorar, pero siempre elegir.
Nos trajo al sueño, nos trajo a lo imposible.

Nos trajo a Néstor.
Nos trajo a nosotros.

Nos trajo de la mano desde lo más alto a lo más bajo y nos llevó hasta el cielo en un grito tremendo, como una tormenta de furia mojada por cada lluvia que nos tocó capear.
Nos trajo lo que no pensamos ni esperamos, y aguantó con nosotros.

Aguantó cuando el mundo le dijo que había que pagar lo que otros se robaron.
Aguantó cuando todo salió mal y sus propios funcionarios se mandaron las peores atrocidades.
Aguantó con toda la prensa en contra, con todos los periodistas que ahora van a tener que agarrar una pala y buscarse un laburo honesto porque no van a tener al puchingball político que fue, que fuimos.
Aguantó cuando le tiraron encima a los buitres caníbales que siempre quieren un poquito más del puchero del pobre.
Aguantó cuando Néstor se encendió en la eternidad y ella se quedó acá, sin dejarnos solos ni solas, sin abandonar ni un día, sin irse, sin esconderse, al frente, y entonces nos pusimos los pantalones largos y vimos a hombres y a mujeres que son abuelos, decirle otra vez "madre" a una persona que no los parió.
Aguantó contra los problemas internos que nosotros mismos creamos, desde adentro o desde cerca de adentro.

Aguantó que digan lo que tengan ganas basados en lo que se les ocurra, cada periodista que ahora va a tener que buscar trabajo, cualquier cosa de su hijo, de su hija, de su esposo eterno, de su perro, de su nieto, de su nieta, de su hermana, de su cuñada, de sus amigos, de su madre, de su vida misma.
Aguantó tapas de diarios todos los días, aguantó ofensas, y demoliciones que a cualquier humano los hubiera convertido en un aliento de furia o un pañuelo lleno de lágrimas.

Pero ella aguantó.
Y aguantamos con ella.

Ella fue la que nos condujo, ella es la que nos conduce.
Ella fue el fuego, y ella será el carbón.
Ella fue la sonrisa, y ella será la orden.
Ella fue la Jefa, y ella será la Jefa.
Ella fue una mujer, y ella será una leyenda.
Ella fue un misterio, y ella será una certeza.
Ella fue un proyecto, y ella será el futuro.
Por todo lo hecho.

Ella es.

Por cada viaje de una persona, en avión, a besar a su familia y dormir una siesta después de un asado.
Por cada provechito de un bebé que tomó la leche asignada universalmente por ser hijo.
Por cada memoria y foto sacada tipo selfie frente a los dinosaurios de la feria subida a Facebook.
Por cada persona a la que una mujer le romperá el corazón de grande y que nació por la fertilización asistida.
Por cada historia de amor eterno que se dio en una noche militante (como la mía, Jefa, gracias por mi familia).
Por cada gol gritado en la villa de los pibes y las pibas.
Por cada lágrima de orgullo de saber que nuestra nafta es nuestra.
Por cada jubilado que le regaló a su nietita una Hello Kitty un poco más grande un fin de semana donde no se celebraba nada.
Por cada abuela que conoció otro país (como mi vieja).
Por todas las estudiantes que se recibieron y que pensaron que jamás lo iban a hacer.
Por cada persona que creyó en un Estado y luego no nos eligió porque entendieron que querían otro tipo de Estado.
Por cada laburante que supo que no subía nada más que la ganancia de su Jefe, sino también la posibilidad de tener una tele mejor.

Por todo.
Por todo.

Por todo.


Por cada vida que volvió a ser vida, que conoció su pasado, que supo que su sangre era la más noble, la sangre de un patriota y ahora sabe que los 30.000 fueron muchos más, porque los 30.000 somos todos y todas y somos millones que nunca, nunca, nunca, nunca, nunca vamos a morir porque el sol es inmortal.

Por Cristina.
Viva Cristina.

Viva Cristina por ser tan mujer.
Viva por tener esos ovarios.
Viva por ser yegua.
Viva por estar viva.

Viva por construirnos.
Viva por cuidarnos.
Viva por enseñarnos.
Por nosotros.

Viva por amarnos.
Viva también por equivocarse cuando se equivocó, para esto también estamos aquí.
Viva por su vida.
Viva por su amor.
Por los otros.

Viva por su historia.
Viva por algún día haber dicho y evaluado que podía ser lo que fue y será.
Viva por su cabeza dura.
Viva por su pena.
Viva por su corazón.
Por todos y todas.

Cristina es la que se le murió su amor y no se tomó licencia.
Cristina es la que fue operada del cerebro.
Cristina es la que fue operada de la garganta.
Cristina es la que fue operada por los medios.
Cristina es la que fue operada por los servicios.
Cristina es la que nos señaló el camino.
Cristina es la mujer que no esperamos.
Cristina es la mujer que no pensamos.
Cristina es la que nos convirtió en todo ésto.
Cristina nos hizo separarnos de los malos y unirnos con los buenos, y eso, se lo voy a agradecer para siempre, porque la grieta existe desde que un mono le pegó en la cabeza con un hueso a otro mono para robarle un cacho de carne.
Cristina nos hizo.

La Jefa.
La Jefa fue el objeto de devoción de todos nosotros porque siempre demostraba cuánto más adelante que nosotros estaba.
La Jefa fue el objeto del odio de los periodistas que ahora van a tener que buscar un trabajo, porque la odiaron tanto, porque era mujer, porque era Presidente, porque la popular la ama, porque los barrios la adoran, porque entra en el futuro por la puerta enorme de la memoria y el agradecimiento, por la democracia sin cadena, por la patria gigante, porque hizo del pasado de muchos un futuro de muchos más.

Porque es la pasión.
Porque es el fuego.
Porque es el amor.

Porque es la Patria.

Porque es la Señora Política.
Porque es la paz.
Porque es la unión de los buenos contra los malos.
Porque es el tiempo.
Porque es la década de gloria.
Porque es la bandera, de la patria mía, del pueblo nacida.
Porque es Cristina.

Y porque va a volver.
Porque va a volver.

Porque va a volver, aún sin irse nunca.

Cristina es lo que es, porque fue lo que fue y será lo que será.
Nosotros somos Cristina, nosotros vamos a seguir siendo ella, por millones.
Y no van a alcanzar las manos para tocarla, los besos para tirarle, los recuerdos para extrañarla, las historias que vivimos, las historias que vendrán, y todo lo malo y lindo de la vida.
Cristina es nuestra historia.

Gracias, amor gigante.
Gracias.

Y una cosa más.
No te caigas.
No te dobles.
No te vayas.
No te mueras.
No te calles.
No te guardes.
No te pongas triste.
No llores.
No estés mal.
No estés sola.
No dejes de amarnos.

No envejezcas.
No te enfermes.
No pienses cosas feas.
No nos sueltes.
No mires películas aburridas.
No pierdas el tiempo.
No comas cosas que hacen mal.
No te enojes.
No te pongas nerviosa.
No te dejes engañar.
No te asustes.
Abrigate.
Andá al médico.
No leas cosas feas.

Seguí siendo linda.
Seguí siendo buena.
Seguí siendo madre.
Seguí siendo abuela.
Seguí siendo coqueta.

Seguí siendo Jefa.
Seguí siendo tan Cristina como se puede ser, como lo hiciste, como lo sos.

Te queremos y te queremos de verdad.
Para siempre y hasta el cielo.

No te vamos a olvidar nunca más.
Nos volveremos a ver.































martes, 8 de diciembre de 2015

V!

Nosotros y nosotras, militantes de un proyecto, desde la humilde y pequeña Agrupación Pingüinos, vamos a movilizar y participar de la Gran Fiesta que será la despedida el 9, mañana, en Plaza de Mayo.
Creemos que es mejor elegir qué batalla dar y no dejarnos llevar por cuestiones que tienen más que ver con lo simbólico que con lo práctico.
No vienen tiempos sencillos, no tendremos más a la mejor de todos nosotros bancando la parada ni la espalda, y consideramos que en cualquiera de sus formas, participar del 10 como agrupación es poner en riesgo no sólo a los compañeros y compañeras que podrían sentirse ofendidos o enojados, sino también es poner en riesgo una despedida histórica de nuestra Presidenta que no se está escapando, no está renunciando, y se está yendo con todos los honores.
La gloria está a la vuelta de la esquina, y la pasión desenfrenada de aquellos que no nos eligen, también.
Elegir qué pelea dar, dónde, cómo, cuándo y por qué, también es parte de la necesaria maduración política que Cristina siempre nos pide y pidió.
Cristina, pase lo que pase, nunca más va a estar sola, como no lo está hoy, como no lo estará jamás porque siempre estaremos con ella.
Por eso y como dijo el General:
"Sensibilidad e imaginación es base para ver, ver base para apreciar, apreciar base para resolver, y resolver base para actuar."
¡V!




























































(fotos de Carlos Brigo)