martes, 31 de mayo de 2011
LAS CRACIAS
sábado, 28 de mayo de 2011
TIPS DE POLÍTICA
Algunos consejos.
1- No confíes en nadie.
2- Que nunca se den cuenta que no confías en ellos.
3- Que parezca siempre que confías en ellos.
4- Te van a cagar.
5- Te van a ayudar.
6- Te van a dar la mano.
7- Te van a soltar la mano.
8- Hablá siempre por los demás, nunca por vos.
9- Hacé que los demás por los que hablás, hablen por vos.
10- Caminá.
11- No descartes ninguna posibilidad, NUNCA.
12- Sé amigo de los amigos.
13- Sé amigo de tus amigos.
14- Compañeros son todos.
15- Amigos son algunos.
16- Mirá siempre dos o tres semanas después.
17- No hace falta mirar dos o tres semanas para atrás, si miraste dos o tres semanas después.
18- Escuchá con gran atención a los viejos.
19- Escuchá con más atención a los jovenes.
20- Aquel que no sabe absolutamente nada de política, es el que más te va a enseñar: así es la mayoría a la que tendrás que convencer.
21- Escuchá siempre con gran atención, mirá con agudeza y hablá lo necesario.
22- Hacé. Mal, bien, pero hacé.
23- La chicana y la dialéctica te pueden ayudar a ganar tiempo para hacer, pero nunca para seguir revoleando chicanas y dialéctica.
24- Vos sólo confías tanto en vos. El resto confía un poco en vos pero más en sí mismo.
25- Sé felíz porque desde la bronca, la tristeza y la cara de culo, no convences a nadie.
26- Dándole la mano a uno, se la sacás a otro, ergo, los vas a cagar, y les vas a dar una mano.
Salú.
viernes, 27 de mayo de 2011
NÉSTOR 1983
SEÑOR SEMÁFORO
Me detengo justo cuando el semáforo me lo indica.
Miro a ambos lados, no viene ningún auto pero como soy cívicamente correcto y políticamente activo, trato de hacer alguna cosa más o menos bien. Espero con ridícula cordura que pase algo que sabemos, la calle y yo, que no pasará, entonces no sucede.
No acontece acontecimiento alguno, no burla ningún auto maldito a lo preescrito y yo ahí, muy bien, Señor Semáforo, no lo haga un asunto cultural, no convierta a esta historia en una lucha de clases, porque ambos sabemos que estamos haciendo lo que tenemos que hacer.
Pero claro, cuando voy a dar mi primer paso, a romper la calle porque se pone amarillo, el boludo del semáforo se vuelve a poner rojo asquerosamente rápido, irrealmente ilógico y nos miramos para la mierda.
Nos odiamos. Y nos odiamos porque hizo trampa, pero hay códigos.
Pero no puedo luchar contra una máquina, contra un estúpido artilugio mecánico que está equivocado, que está tozudo, porque yo soy más que él, a él lo manejan y yo manejo a los que lo manejan y si no lo hago, pronto lo haré.
Y me guiña el rojo: esta vez le gano yo.
Cambia de nuevo a amarillo, pasado el tiempo pertinente, y llega a verde.
Cambia la expresión, se abre esa ceja que tiene de chapa y me dice que vaya, que cruce, que ahora sí.
Pero otra vez, como soy más, no lo hago nada: enciendo un cigarrillo, sonrío como un artista del cine o la televisión y silbo una canción de alguna película de Fellini, semáforo gato, a mí me vas a venir a querer embocar?
Y vuelve al amarillo, y se detiene y dura una eternidad y miro hacia ambos lados y no viene ningún auto.
Se pone rojo de nuevo, la luz titila y se queda fija.
Mirándome.
Seria. Firme.
La voy a cagar a trompadas.
La miro peor.
Escucho, a lo lejos, las risas de unos chiquilines que festejan un cumpleaños y explotan una piñata. No me distraigo, esto lo estoy haciendo, también, por ellos.
El semáforo no cambia la luz y yo cierro los puños hasta quedarme sin sangre en las uñas.
Es un duelo.
La calle. El silencio.
Una hoja de un árbol, otoñal y amarilla, cae despacio hasta el asfalto.
Escucho o creo escuchar el crujir de la hoja al partirse en sus bordes cuando impacta contra el concreto.
Cambia la luz. Se pone amarilla.
Levanto un pie y empiezo a cruzar.
El semáforo no cambia.
Miro a mi costado y no viene ningún auto a toda velocidad.
Y cruzo la calle.
miércoles, 25 de mayo de 2011
INVÁLIDA
2003
De 2003 no me acuerdo mucho.
Creo que andaba por ahí perdiendo el tiempo entre la pavada y la pelotudez, creo que estábamos un poco atontados todos, desconfiados y sabíamos que nos iban a cagar otra vez. Creo que no teníamos mucha conciencia ni esperanza y creo que sabíamos que pronto el que sea, iba a renunciar. Creo que pensábamos que un tipo tan torpe como ese tal Néstor Kirchner iba a durar poco y creo que tampoco teníamos mucho terror por la idea de separar al país en departamentos separados, “a lo Rusia” y tampoco temíamos demasiado por la venta presunta del edificio del Congreso de la Nación.
martes, 24 de mayo de 2011
BORRACHO COMO TU PADRE
Ahí va, camina de costado cuando no está tirado en el suelo, bebe agua cuando tiene miedo y cuando su saliva es un espanto de moco y sangre, cuando todos sus amigos no existen y son sombras que lo desafìan a boxear y a ser noqueado.
Se despierta varias veces en la noche con extrañas citas en la cabeza, frases de escritores muertos y frases de un escritor que nunca existiò, porque èl mismo, nunca le entrò a una hoja pero si al papel.
Ahí está, resopla y bufa, se rasca la cabeza en el costado y se alisa el pelo sucio, tose un cáncer con proabilidad de tormenta y camina hacia el baño con el slip amarillo humedad metido en la canaleta, un espantajo visual francamente adorable, que se encierra adentro del cuartito, mira al inodoro y ni vomita, porque tiene que orinar y cuando hace eso, se siente un poco mejor, respira màs profundamente y recuerda que olvidó el saco en la puerta del bar de donde anoche, no sabe porqué, lo echaron a las trompadas limpias.
Por ahí suda, por ahì mira por la ventana con rejas, se sabe libre y no sabe mucho más, se encuentra consigo mismo y se siente incómodo y se empuja, se corre del asiento, se molesta, se mira mal y se desconfía y cuida su billetera que no tiene, llena de billetes que no hay, con los documentos que lo declaran inexistente y con los dos pies bien firmes, apoyados en el cielo.
Acá sale, después de ponerse una campera pasada de moda, con bichitos adentro del relleno que le dan “alérgia”, “alérgia”, dice él porque no sabe que esos gorgojos, esas chinches raras le muerden la piel roñosa y comen de él y se reproducen allí y son felices, son familias y están unidos en la misión de la subsistencia, como él, como muchos, como nadie, como todos. La campera casi que-no lo abriga pero él, y sólo él, supone que le queda más piola. Equivocadamente.
Y muy equivocadamente llega al bar otra vez, tipo cuatro, o cinco de la tarde, pide una cerveza para que se la anoten, el barman sabe que serán decenas de ellas, el barman sabe que en momentos de lucidez el padre del borracho pasa y paga y todos recuerdan que son uno igual al otro. “Borracho como tu padre”, le decía la madre mientras bebía un té que escondía tres cuartos de whisky, y o le importaba la vida de nadie, porque no le importaba la vida, ni la muerte, ni absolutamente nada.
Y nada él, nada en un riachuelo inhabitable para los peces, en una bravata que le propone cada día el misterio de no saber qué hacer, de no saber qué ser pero de obligadamente, tener que ser, tener que respirar, sin culpas, con cargos, cargando en sus hombros todo eso que tenía que salir mal y que por eso, salió tremendamente mal, por encima de las expectativas, llenando cada casillero del fracaso, siendo un consecuente con el almanaque, ma que alma ni alma, acá no queda nada más que ese todo vacío y la botella, fiel, amarga, puta, bisexual, siempre llena y con más sortijas que dedos, invitando una vuelta más, una vuelta más y una revuelta menos.
domingo, 22 de mayo de 2011
OPINO LO QUE QUIERO PORQUE ES MI BLOG IX.
martes, 17 de mayo de 2011
ESE GESTO.
PALERMO Y LA METÁFORA BENDITA DEL KIRCHNERISMO
Martín Palermo lleva sobre sus hombros (sobre sus piernas, sobre sus rodillas rotas, sobre su vida paria), el mote enorme, gigante, de “Titán”.
Palermo es de Boca, aunque todos digan que es de Estudiantes.
Y cuando digo que “es de”, hablo de un sentido de pertenencia: cualquier hincha de Boca, cualquiera de nosotros, peronistas, populacheros, sabe que Palermo es nuestro, y que Martín nos corresponde.
Como San Martín, como un santo mártir, como un sanseacabó de todo lujo y como un lujo tener a un Santo.
Porque él, es un rejunte de dolor, de patadurismo, de torpeza, de habilidad y al final, de grito de gol, de beso en el brazo tatuado por la desventura de haber perdido lo que se soñó, y de llanto respirado, ya no ahogado, en tantas pupilas, tantas gargantas y tantos pechos incendiados por esos milagros de cada día.
Torpe, sí.
Desafortunado, sí.
Efectivo, también.
Mártir, heróico, denostado, expulsado, soñado, castigado y apoyado por el pueblo.
Un tipo que a cada paso que da, y por el hecho de poner el corazón sobre la técnica y la materia sobre la mente y la mente sobre toda la tristura, es que termina, siempre, con una sonrisa antes de dormir, en su cara, en nuestras caras.
Una bonita metáfora del kircherismo en su máxima expresión: un mínimo de análisis, comprenderá que aunque algo arbitrarias, el heroísmo, la caída y el posterior ascenso con apoyo popular, hermanan a la política con el fútbol, unen a la historia y nos permiten comparar ambas realidades, como, efectivamente, iguales.
Y se convierte así, con el ojo que nos gusta, el que canta nuestra canción a coro con los otros, en un reflejo hermoso del triunfo de los perdedores: a ese que le decían que las cosas le iban a salir mal, a ese al cual lo burlaban, lo sometían y lo escondían de la vista de lo bueno, en sentido figurado, termina siendo la referencia, la estampita, la victoria y el frente que tenemos al frente y que nos cuida la espalda.
Martín Palermo es la metáfora bendita.
Y el barrio de Palermo debería serlo.
Por eso es que luego de tanta pavada, te invito a una fiesta que estamos haciendo, un montón de gente, en un día laboral.
Y que como queremos que esté a todo culo, te pedimos que vengas, que traigas amigos y minitas y que llevemos a la realidad la práctica masturbatoria de palmearnos la espalda.
Estamos, todos nosotros, vos, yo y los demás, peleando diariamente, de un tiempo a esta parte.
Es hora de, por un rato, relajar, festejar y sonreír.
El viernes sigue la batalla.
Y qué mejor que ir a la guerra, con una resaca tremenda.
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Y che!
Hacete una foto graciosa como esta, entrando acá:
Entrás ahí, ves la foto?
Elegí de todas las fotos que tenés tuyas, una que se vea tu cara.
Vas a la flechita al lado del loguito de Facebook
en el tipo que tiene el pulgar arriba,
como un copado,
la flechita esa que dice UPLOAD y subis tu foto.
Recortás la carita y la acomodás hasta que parezca que sos una persona linda.
Listo: ahora vos también organizás, guardá la foto, subila
y le podés decir a tu vieja que sos un K del riñón posta.
Porque es un superjueves.
Porque inauguramos Palermo Kirchner.
Porque si nos organizamos, cogemos todos.
Y si organizamos todos, cogemos entre todos!
Dale!
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Atenti!
Si tenés twitter, los #hashtag son:
#SUPERJUEVES
#PALERMOKIRCHNER
domingo, 15 de mayo de 2011
EL PUNTERO LÁSER
Me molesta mucho cuando desde una ficción, se pretende demostrar que se conoce algo y sólo se conoce esa realidad desde la virtualidad.
sábado, 14 de mayo de 2011
HERMANO TE ESTOY HABLANDO.
miércoles, 11 de mayo de 2011
EL HÈROE COLECTIVO
Te gusta usar al Eternauta como si fuera tuyo? Te gusta abusar del Nestornauta? Te llenas la boca hablando del Héroe Colectivo? Bueno, acá tenés la oportunidad de agradecerle al tipo que no ve un
sope porque vos la uses.
URGENTE COMPAÑEROS: SOLANO LOPEZ
Solano se encuentra internado en el Hospital Italiano desde hace ya tres semanas en situación delicada y con pronóstico reservado. Se necesitan dadores de sangre de cualquier grupo.
Quien pueda concurrir a donar sangre debe dirigirse al Hospital Italiano/Hemoterapia.
Perón 4190, de 9 a 15 hs. en ayunas de alimentos sólidos.
Agradecemos la difusión de este pedido.
martes, 10 de mayo de 2011
LARGO.
CHOCOLATE POR LA NOTICIA
F: "Porqué cree que el pueblo perdió la memoria?"
M: "Porque no hay un gobierno."
M: "Porque el pueblo tiene miedo, porque el Gobierno mete miedo. La gente sale y son reprimidos severamente. A cada rato hay cacerolazos."
M: "Eso es producto de las ideologías. El muro de Berlín se cayó en 1989."
M: "Yo por la política perdí todo, los viñedos, las casas..."
F: "Y hasta un hijo."
M: "Sí pero también las cosas."
M: "Fíjese, en Inglaterra, condenan a chicos de 8, 9 años a cárceles, pero se los trata de reeducar."
F: "Qué opina del amor?"
M :"El amor... con el sexo femenino, con el sexo opuesto."
M: "Yo por la política perdí todo, los viñedos, las casas..."
F: "Y hasta un hijo."
M: "Sí pero también las cosas."
Final de la entrevista, la productora intercede, pregunta si puede preguntar algo. Fort contesta "Sí".
Productora: "Usted fue una persona perseguida..."
Fort (Interrumpe): "NONONONONONO, las preguntas las hago yo y yo hago las preguntas que YO quiero..."
Cambia el plano de la cámara, enfoca la mano de Menem, leen algo, murmullo, plano muerto de la mano.
Forto: "Creo que lo que yo pregunté es lo correcto y lo suficiente."
domingo, 8 de mayo de 2011
UN ENORME CUADRADO
Un cuadrado, algo sucio, algo anormal, algo alargado, una pieza de varias piezas sin piezas, sin partes, sin divisiones, con uniones, con dolores, con olores, con masitas, con misterio y como revelación del año y clap clap clap.
Un cuadrado de concreto, alambre y clavo, un misterioso pedazo de cemento seco, astuto, relevante, inspirador, la casa de todas las cazas, el coto peronista de maravillada música, tu casa, tu casi-se vuelve un caso y por caso cómo andamos, andamios a cuesta que cuestan más que lo que acuesta y acá estamos, mate a mate, tomando cabezas por hervideros y una cacerola que prepara el guiso de tu vieja, por tu vieja, con tu vieja y todas esas viejas rencillas del pasado que acá, hoy, se cierran para invitar a nuevas peleas de jugadores de truco, mentirosos y arteros, clásicos artistas del vodeville porteño, argentino, popular y nacionalista, de pie, pasa la bandera y esa bandera, es la de Boca.
Una obviedad, una pataleta al hígado, una cosquilla de uñas negras en uno de los tantos corazones que apenas funcionan y la chispa esa amaga, nos asombramos, nos acercamos, la observamos y encontramos que era una ilusión (muy pero que muy bien hecha), tecnológica, ilógica en su concepción y verdadera desde su intención, porque alumbra, porque ilusiona y porque en definitiva lo que vale es la canción y no el ruidoso bienestar.
Una nota al pie en el manual de la connivencia conviviente, revolcada varias veces en el chiquero de los chanchos negros, aquellos que saben llorar, saben gritar, saben doler, saben maullar, saben robar, saben hacer trampa y saben contarte que acaban de hacer trampa pero te lo dicen con una onda tan grande, que finalmente, festejamos con copas astilladas a riesgo de tragarnos el pedazo de vidrio y mirarnos a los ojos con una lágrima de dolor recorriendo la mejilla mientras la vidriosa astillita corta la garganta por dentro, dándole al estómago de beber la sangre propia y compañera, la sangre que alegra la vida, la sal del asado bien cocido y un nuevo vaso de vidrio verde repleto hasta arriba de ardiente vino natural, recién cosechado de un árbol de tetra-brick.
Un cuadrado, te decía, que puede haber albergado cualquier otra verga, cualquier otra concha, pero ahora la concha es nuestra y las verguitas son ajenas, la frente siempre en alto y mirando con la altanería consecuente de haberse hecho latiguear ese lomo cientos de veces, a propósito, sin querer o como carajo fuera que el destino nos haya hecho subir al ring de la insana muerte, esa del camino largo, sinuoso, torturante hasta lo medular.
El precio obligado de las bolsas del barrio, de esos judíos amables que nos quieren un cachito y nos sonríen al pasar, y nosotros saludamos con el sombrero como viejos malevos, la planta del pie apoyada en la pared, la espalda también, el puchito en la mano y ese meneo de esa cola imperfectible que pasa por allá y más acá y en el infinito intento de convertirnos, al fin y nuevamente, en tiernos humanos rellenos de dulce de leche y caramelitos Media Hora que han estado, por cierto, demasiado tiempo en la vidriera, en el mostrador del kiosquero que habla de más, entonces el caramelo, el azúcar solidificada se pega al papel como nos hemos pegado, ya, nosotros a tu historia y tu historia a nosotros y nos confundimos en ese nosotros y toda la historia es, oscuramente, toda nuestra, porque ya somos esclavos de la risa con arreglos pre-molares y alguna prótesis que la obra social que tenemos nos supo mejorar.
Un cuadrado, que podría ser círculo y podría ser aquelarre de escobas voladoras, o podríamos juntarnos todos alrededor de un caldero para sacar la pócima de la buena vida, meter patas de rana, alas de murciélago, un cacho de política, un Pocho de Néstor, un trago de cristina y una espolvoreadita porción de un cristo, para que todos los cristos jovencitos que te caminan y te laburan la vereda, bolsiqueando, olfateando, jalando y siendo parte de un agradable mastín guardián de la publicidad encubierta del desastre sigan siendo grandes protagonistas de los silencios que empatan a las virtudes y no decimos más nada cuando lo inexplicable, no tiene explicación.
Y entonces al día equis resucitó de entre las malditas flamas de la humedad como una rosa de espinas en los pétalos y más espinas donde van las espinas: el pasillo alargado hacia la luz debería pretender cargar una piedra gigante en nuestro lomo o convertirnos en las tres tortugas que sostienen al universo o al menos al planeta y ni eso, es simplemente un enorme cuadrado de cemento, un enorme cuadrado que como un gigante, aplasta con su pie torpe a los retoños de la habladuría, asombra con gran asombro a un asombroso tendal de botarates impunes que recostados en los laureles de los patriotas, humedecen las mismas lengüitas que humedecen cuando cuentan la tequita, cuando no tienen esa goma espuma roñosa para mojarse los mismos ganchos que usan para toquetear a sus mujeres en noches de blanco satín, de seda de vestido de novia muerta en la tarde de su boda, de hijos no nacidos, de familiares lejanos del dolor, pero del dolor ese que te tomás una trancabola y el dolor, el dolor se va.
Será monstruoso, será sutil, será un viaje de ida en un colectivo hasta un pueblo en el que los lenguajes no se expliquen ni con señas, donde falten brazos y sobren armas, donde todo o casi todo sea de color rojo, donde el almanaque sea lo que permita que la ametralladora quede en sincera escuadra, donde los relojes se hayan roto (todos ellos) y la hora exacta sea todos los días.
Acá estamos.
Así estamos.
Una legión, una logia, una ilógica ensalada y esta es la ensaladera, la jauría porcina, el grito de los culpables y todas esas camperas que apoyabamos en la silla cuando llegabamos al baile, se miran, se invitan y apretan contra la pared como primeros amantes mientras nosotros, definimos la revolución, tomamos por asalto un banco que estaba siendo robado y la policía termina bailando con nosotros, agarrados de los brazos, una patada para la derecha, una para la izquierda, bien altas esas piernas, buena danza, así me gusta!
Sonreímos que estamos en el aire, vamos vamos, sonriendo, che!
Brindemos y brindamos porque ganamos y somos, por esta vez y desde ahora: porque esta vez se convirtió en siempre.
Siempre.
Siempre.
Hasta el comienzo.