Este es el pesar, de los muertos escondidos
el amargo morder, de miguitas que se caen
de bolsillos, ilusiones, van dejando un caminito
y de atrás el chimanguito, se come donde has venido.
Mira las estrellas, el cielo, el sol y una nube
estira la mano temblando, abre la gola y no grita
trata comer algodón, hecho de cielo y azúcar
y la realidad le choca, pensando "nunca te tuve".
Abriré mi mano así, cerraré mi puño asá,
la sangre corromperá, todo lo que vendrá.
Y tu cara, y tus piernas, y tu jodido misterio
serán algún perro tuerto, lamiendo mi sien en serio.
Salta el charquito la luna, esperando a la laguna
mira a lo lejos a un hombre, caminar con su bastón
y lo escucha, va silbando, su melancolicanción
de memorias de sus niños, los que comió el corazón.
Y se detiene en un sapo, en esa noche con sol
un bicho de dos mil ojos, que retiene su terror
le da un besito, un te quiero, y le regala su amor
cuando el monstruo se convierte, en un amargo dolor.
Abriré mi mano así, cerraré mi puño asá,
la sangre corromperá, todo lo que vendrá.
Y tu cara, y tus piernas, y tu jodido misterio
serán algún perro tuerto, lamiendo mi sien en serio.
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