Tiene más de dos manos: un corazón que se hace vena y su sangre es agua.
Cerca del río, de noche brillan sus ojos detrás de sus párpados y un Hada le miente.
Tiene ocho años, y una sonrisa milenaria.
La maguita no tiene guita, porque no le hace falta.
En esta reencarnación torpe le cuesta sumar proteínas y los yuyos la rodean, pero el bosque, a quien le diremos bosque, la cuida y la esconde y los deudores no llegan.
Ahí, cerca del río.
Su poder mágico es hacer temblar a los caballeros a quienes lleva de la mano para contarle sus sueños y esos sueños tienen más de cien dimensiones. No conoce el mar, pero es amiga del sol.
Baila como el pelo que se le cae a un perro, con el pelo que se le caen a los perros, y sabe secretos.
Sonríe, y ama.
Los dientes de leche de su boca muerden al abismo de los Idiotas y los ridiculiza, los aumenta, los exprime y expone, y les demuestra que no tienen razón, ellos, los Idiotas del mundo.
Todos esos Idiotas que se asoman escondidos, y ella los ve y no les dice que los ve.
Cerca del río, puede hacer frío y más cuando el río viene desde el cielo, porque el mundo a veces (y casi siempre) está al revés (siempre).
La maguita camina sobre el agua.
Abre y cierra sus manos sin pedir nada, porque prefiere dar.
Prefiere cerrar los ojos.
Elige ser la Princesa en la Tierra de su propio cuento.
Ya sabe volar, pero le gusta hacerle creer a Probos Caballeros que los que la hacen volar, son ellos.
Es una máquina perfecta de enamorar, y susurra desde lejos y la escuchás en el oído.
La maguita tiene la elegancia de un pastizal seco bamboleándose al viento: allá en el fondo del Arco Iris, su habitación es el núcleo de la vida, de las sonrisas, de lo que nadie jamás conocerá.
Cerca del río.
Cerca del sol.
Atravesando al cielo.
Partiéndolo en dos.
Haciéndose lluvia.
Nadando en la vida.
Corriendo al viento.
Saltando al lleno.
Cerca del río.
1 comentarios:
Bello, simplemente bello :)
Publicar un comentario