"Un día vino Cristina a la escuela", van a decir.
Yo vi a nenes de otra clase social, a nenes blancos y rubios, pasar por la puerta de la casa de la Jefa en Recoleta con sus madres, madres que miraban de costado, no necesariamente miraban mal, pero seguían de largo.
Y los vi. Vi a dos que escuché.
Una, 6 años tendría, decía "Yo a Cristina la veo siempre en la tele" y la madre le decía "Ahhh, sí" y seguían.
Otro le decía "¿Acá vive Cristina?" y la madre apuraba el paso, no necesariamente porque no la quiera a Cristina, por ahí porque llegaban tarde..
Pero a esos dos niños los escuché.
"Cristina", es Cristina.
"Cristina", es Cristina.
El tiempo nos va a dar la razón y una mirada no se compra ni se vende.
Un niño o una niña, menos.
Un niño o una niña, menos.
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