sábado, 30 de octubre de 2010

Épica I - Miércoles





















Entonces todo terminó así.
Todo se desvaneció.


Golpeaban la puerta, tocaban el timbre, ardían esos celulares y la noticia no encajaba, no encuadraba, era mentira, era re-chequeada, era una estrategia, al final no, no podía ser, no era, que sí, que no, que caiga un chaparrón, pero que borre todas estas páginas de internet tan gorilas que se pasaron de rosca.
Gorilas hijos de puta, están mintiendo la mentira final, están diciendo lo que nadie quiere, no pueden hacerlo, mienten tanto que casi me lo creo.
Pero es mentira, no pasó nada de esto, no.

Y no.

Y las páginas se actualizaban y seguía todo igual, todo peor, pero nadie creía nada porque no había pasado nada.
Ni el censista, todavía.
Y no venía, y uno cacheteaba a esas teclas enojado, revoleaba los ojitos en redes sociales sin querer creer lo que tenía en la jeta y sin embargo, seguí ahí, el zócalo de mierda de los canales de tele seguía mintiendo!

Los mensajes de texto, con el cuidado de un pariente muerto, caían y caían, los más sentidos pésames no se demoraban un instante y el suelo, y el techo y las paredes iban haciéndose cada vez más un lugar brutalmente inhóspito.

Ibamos cayendo, ibamos viendo lo frágil, lo desesperante, lo auténtico del mundo real.

Estaba más o menos lejos el final.

Acelerabamos todo tipo de suspensiones, le decíamos que NO a todas las citas, a todas las reuniones y ahora el objetivo era salir, salir y salir, correr por la calle, llegar a la plaza, tratar de resistir, de mostrar que no nos habían vencido, y si eramos los únicos que ibamos a esa puta plaza a parar de pecho un bombardeo (todo era posible con el diario del lunes) ibamos a ir, solitos y valientes.

Y llegaron los censistas y la gente se iba yendo y las computadoras y las casas y las mascotas quedaban solas y los mates quedaban en las mesas medio tibios y solitarios y la tele quedaba prendida andá a saber hasta cuándo.

Los trenes, los colectivos, los subtes y las veredas en general tenían ese silencio de feriado raro.

Ese ruido que se escucha un primero de enero, cuando todos estan borrachos, bien comidos, bien cogidos, contentos de que empieza algo nuevo.

Pero no.

Pesaban las mejillas, pesaban los párpados y todos o casi todos estaban tristes, preocupados o sorprendidos de que había pasado algo que seguramente no tenía que pasar.

Como si lo impredecible, fuera predecible, já!

El tiempo y el destino tienen ese capricho: no se dejan mostrar, porque si se dejaran, haríamos lo posible por cambiarlo, siempre jugando tan pero tan al límite de lo que tenemos.

Y llegábamos a la plaza.

Nos conocíamos de siempre. Nos reconocíamos por algún gesto, y ese gesto era el velo de una penuria enorme, de un misterio y de una pregunta que molesta, siempre vuelve: “Porqué?”.

Nos ibamos encontrando, las banderas se alzaban brillantes y opacas y un silencio reinaba en todas esas caritas: una cola enorme de gente quería acercarse a dejar una cartita, una flor, un beso enorme, un fuerte abrazo, un gran saludo.

Y todavía creíamos que la palabra “enorme” era eso.

Porque seguía cayendo gente, gente nueva, gente a la que nunca vimos en marchas, el subsuelo de verdad, gente que se cansó de decir que no le importa la política, gente que en los bares decía que los K son buenos “pero”, gente con la ropa del laburo.

Gente que siempre creyó que el suelo existía, hasta que se lo sacaron los tiempos y se dieron cuenta que el suelo, no se había hecho sólo.

Gente que calculaba sus sueldos y los ponía en perspectiva y veía que el porcentaje del aumento de ese sueldo en siete años era de un 200% y el de la leche de un 50%.

Entonces iban cayendo, cayendo en la cuenta y cayendo en la plaza y más banderas, más banderas, banderas enormes, banderas nuevas, banderas de oro.

Abrazos que se confundían en lagrimitas, en putaquelosparió, en pesares y la noche se abombaba y empezaba a cobijarnos, a darnos aliento, a saber que ni iba a llover, ni iba a hacer frío.

Se cantaba el himno, se cantaba la marcha peronista y se perfilaba un “si nos tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.

Se respiraba revolución otra vez, como alguna vez dijo Chávez.

Llegaban más mensajes de texto, gente que quería estar ahí con ella, gente que tomaba colectivos, que corría por la calle, que se ponía la bandera que había comprado para el mundial en los hombros como una capita, como superhéroes de la patria: todos venían a saludarlo a él y a salvarla a ella, madre nueva.

Las noticias estallaban, los canales metían helicópteros, cámaras aéreas, periodistas entre la gente.

Los canales no comprendían que sucedía, si esto no era el pueblo el pueblo dónde está, porque no paraba de caer gente.

La organización comenzaba a vencer al tiempo: se plantaban vallas para tener una cola de cuatro cuadras, y ahora, la palabra “enorme” tomaba una dimensión bastante más grande que la de hacía un rato. Existía el miedo del desborde de gente, de una patriada sin sentido, de un grito de corazón exaltado, y esos ojos, hermosos, miraban a la bandera, miraban al color rosita nena de la Casa de Mamá y esperaban a ella, la nena más hermosa, el pedazo de mujer de la cual todavía, no sabíamos cuándo llegaría, a qué hora ni si estaría, triste, fea, rota y adiós.

Horas más tarde, mil abrazos después, con una pantalla que plantaban por ahí, una Evita inflable y un Néstor Eternauta que le daba la bienvenida a todos los héroes que eran el héroe, escuchamos al helicóptero llegar detrás de la Rosada.

Los que estabamos ahí, caminamos despacio y callados hacia la reja y apoyamos nuestras manos para ver qué pasaba.

Y el final, empezaba a terminar.

jueves, 28 de octubre de 2010

NO SABÉS LO QUE ES ESTO.


Entrás la ves, te mira, le tirás un beso, se golpea el pecho con un puño cerrado te hace media sonrisa y el mundo se te termina eh.
Onda, te caés, pero posta, TE CAES encima de toda tu historia y todos tus rollos y decís que te da bronca que ahora todo el mundo salga a mostrarle a los otros forros todos los que siempre fuimos.
Te lo juro, entrás, ves a todo el gabinete rodeándolo mirándola, mirándote y ella es la que empieza el aplauso cuando borracho le decís "Es por Tucumán, Presidenta, no me afloje ahora!" y ella golpea sus manitos y todos aplaudimos y recordamos que en la puerta, estaba la corona que mandó el Diego, porque entre reyes, sólo se regalan coronas.
No hay joda, no es sopa: entrás y dejás a otra persona afuera, y cuando salís por la otra puerta, entendiste un montón de cosas, entre ellas, los tiempos y el destiempo.
A veces, creo, no te enojes ahora, pero a veces, me dan ganas de mandar a la concha de su puta madre a todos los que recién ahora, se dan cuenta que no alcanzaba con decir que el tipo era un capo, sino que había que bancarlo.
Tenemos una chance más: ella está viva, y la tenemos que sostener con todos nuestros callos, nuestras heridas y nuestros corazones rebozantes de orgullo.
Salú, seguimos en la plaza, hasta que él se vaya.

miércoles, 27 de octubre de 2010

LO QUE ÉL QUERÍA.













Sabés qué quería él?

Que hoy te levantes y salgamos en la tele y que Clarín no pueda mentir.

Que hoy te sacudas la modorra y la pena y lo recuerdes con una sonrisa, con desparpajo, desprolijamente, a lo bestia.

Que hoy nos abracemos entre todos y cantemos el Himno y después sí, la Marcha Peronista.

Que hoy compremos unas birras, que recordemos anécdotas lindas, que disfrutemos el ser lo que somos.

Que nos miremos las caras todas infladas de tanto llorar como una chica que se queda tranquila un rato y enseguida se quiebra en mil pedazos de agua y que nos hagamos burla de lo feos y perfectos que nos vemos.

Que caminemos por nuestras calles como las caminaba él.

Que llevemos nuestros bombos, nuestras banderas.

Que nos fumemos uno en su honor, que brindemos porque el viaje estuvo bien bueno y que sigamos creyendo, creando y queriendo.

Que digamos todas las veces posibles que no lo podemos creer pero que lo creamos: este tipo tiene palabra.

Que nos unamos y seamos todos los que tratemos de hacer esa realidad efectiva.

Que bailemos más de ahora en adelante, que valoremos más cada sábado, cada reunión militante, cada mate tomado con un amigo, cada paso que se da por el barrio en total y absoluta libertad.

Que no confundamos los tantos y que sepamos que así como él se fue, craneó bastante para dejar a un montón de chicos recién nacidos con un paquete de leche en polvo a mano.

Que sigamos juzgando y engayolando a todo milico hijo de puta.

Porque se fue, ajá.

Pero ahora que se fue es cuando tenemos que defenderle la parada de él, su patria nueva, nos dejó el boliche a cargo.

La Jefa está tranquila, atenta, siempre tan bonita.

Pero no le fallemos nosotros.

Porque sabés, qué es lo que el quería?

Que cantemos, que soñemos y que tengamos fuerza.

Mostrémosle porqué era el Jefe.

Mostrémosle que lo sigue siendo.

Y llevemos flores y vasos y versos y besos y baladas y balazos.

La inmortalidad dura toda la vida.

VIVA NÉSTOR.


















Nos dejó ese enorme corazón loco y esa fuerza de vida, esa pasión por un pedazo de tierra que no lo dejó descansar. Ese latido que ahora, nos regaló a todos y latimos dos veces.

No nos dejó solos porque nos dejó con nosotros.
No nos dejó solos porque me dejó con vos.
No nos dejó solos porque te dejó conmigo.
No nos dejó solos porque te dejó con ella.
No nos dejó solos porque nos dejó con ella.
No nos dejó solos porque nos dejó con nuestras piernas.
No nos dejó solos porque nos dejó con ese pedazo de corazón sangrante.
No nos dejó solos porque nos hizo compañeros.
No nos dejó solos porque nos devolvió la bandera.
No nos dejó solos porque nos devolvió la calle.
No nos dejó solos porque nos devolvió la canción.
No nos dejó solos porque nos devolvió los abrazos.
No nos dejó solos porque nos devolvió la Patria.
No nos dejó solos porque ahora nos tenemos.
No nos dejó solo porque ahora nos sostenemos.
No nos dejó solos porque no se fue.
No nos dejó solos.
No nos dejó.
No.

Nos dejó un Viva La Patria bien gritado.
Nos dejó unas borracheras festejando.
Nos dejó peleas con los vecinos a pura pasión.
Nos dejó a nuestros hijos y un lugar donde caminar.
Nos dejó a mil hermanos y varios amigos.
Nos dejó un horizonte de estratega.
Nos dejó la sensación de justicia.
Nos dejó aprender a querernos.
Nos dejó a viejos amigos que recién conocemos.
Nos dejó al amor.
Nos dejó su vida y nos dijo "Haganlo".

"Canten, sueñen, Fuerza!"

Nos dejó cantando.
Nos dejó soñando.
Nos dejó con fuerza.
Nos dejó en la hora de los héroes.
Nos dejó arriba del ring con los guantes puestos y con ganas de pelear.
Nos dejó los brazos abiertos.
Nos enseñó que las cosas se podían hacer mucho mejor.
Nos enseñó que si nos juntabamos podíamos sonar más fuerte.
Nos enseñó que un sueño colectivo se puede convertir en un hecho.
Nos enseñó como ninguno que la única verdad era la realidad y que mejor fue hacer.
Nos enseñó a mirarnos a los ojos y volver a confiar en el otro.
Nos enseñó Táctica, Estrategia y Picardía.
Nos enseñó política y quebró a los ideales.
Nos devolvió la comprensión de jurar con gloria morir.
Nos devolvió estas putas lágrimas por un tipo al que nunca tuvimos al lado.
Nos devolvió este tonto frío de invierno.
Nos devolvió la certeza de que no nos han vencido, NUNCA.
Nos devolvió esas piernas cansadas al costado del Congreso defendiendo lo más lindo que tuvimos: la lucha.
Nos devolvió un salto de fé y una caída de campeones.
Nos levantó a cococho como un tío copado y nos mostró que a lo lejos se veía todo esto tan lindo.
Nos cruzó la calle, de la mano y dejando que la próxima, la crucemos nosotros solitos.
Nos abrazó a todos juntos cerrando los ojos y mostrando los dientes en una sonrisita como de vergüenza, con ese cortecito en la frente después de caminar desde el pueblo al pueblo.
Nos hizo saltar al lado de la tele viendo una votación a las 12 de la noche.
Nos dejó el pecho prendido fuego.
Nos dejó la transgresión y el atrevimiento.
Nos dejó caminar para que veamos cómo mierda era eso de tropezar y seguir, tropezar y seguir, tropezar y seguir, tropezar Y SIEMPRE SEGUIR.
Nos enseñó que una tormenta en algún momento para y que después el agua que cayó te regó todo el suelo.
Nos dejó la seguridad de que cuando el tipo aparecía, todos respirabamos aliviados.
Nos dejó a la Bella Señora y a nosotros haciéndole un regalo sorpresa todos los días.
Nos dejó la pasión y la pasión y la pasión.
Nos desarmó y nos desnudó como nadie nunca lo hizo, ni un amor de hembra.
Nos quebró la vida en dos, antes de él y desde él.
Nos dejó a un 27 de Octubre, PARA SIEMPRE.
Nos dejó a nosotros con nosotros, CARAJO!
Nos dejó el orgullo.
Nos dejó una palmada en la espalda.
Nos dejó hermanos en cada barrio.
Nos devolvió el orgullo de ser negros y pueblo.
Nos dejó la plaza, las plazas, las calles, las banderas, las marchas, las contramarchas, las zapatillas, el dolor de gamba, la pepsi de mano en mano, la campera cuando hace frío, las tacuaras y los trapos hechos a mano.
Nos dejó saber sobre todas las leyes.
Nos dejó la política lista a estrenar.
Nos dejó la luz prendida de casa para cuando volvamos.
Nos dejó la K.

Nos contuvo.
Nos besó.
Nos amó.
Nos miró a los ojos.
Nos despeinó la nuca con una mano de padre cuando hicimos las cosas medio mal.
Nos rompió el cassette.
Nos invitó a hacer patria.
Nos invitó a la casa grande de todos los argentinos.
Nos invitó a vivir para después morir y seguir viviendo.
Nos dijo por dónde venía la mano.
Nos inventó en soldados.
Nos dejó al mito.
Nos dejó estas ganas desesperadas de ir a la plaza y verte ahí y abrazarnos ahí y llorar ahí juntos y para siempre.
Nos dejó este asunto ahora y para siempre, en nuestras manos.
Nos dejó a los nervios de punta.
Nos dejó a miles y miles y miles y miles y miles de militantes que desde hoy, hoy miércoles van a salir a patear con nosotros.
Nos dejó este nudo en la garganta que no te lo desata ni un grito.
Me dejó a toda mi familia y mis amigos dandome la noticia con miedo y cuidado, tocandome el timbre, llamandome, mandandome mensajes, mails.
Nos dejó una pena enorme!

Nos debe.
Nos debe el conocer cómo hubiera sido todo.
Nos debe un pedazo de historia más grande todavía.
Nos debe el 2011.
Nos debe la evolución.
Nos debe un saludo desde el balcón.
Nos debe decirnos "QUÉDENSE EN LA PLAZA."

Le debemos.
Le debemos un abrazo enorme a su hermosa Mujer.
Le debemos respeto por cada lucha perdida y por cada lucha ganada.
Le debemos risas porque lo queríamos tanto!
Le debemos ser soldados para siempre.
Le debemos mil revoluciones más.
Le debemos ir a la plaza y hacer que su voz sean nuestros cuerpitos juntos y abrazados.
Nos tenemos.
Tenemos que seguir con la guardia alta y el reflejo atento.
Tenemos que seguir caminando paso a paso todas las veredas del mundo.
Tenemos que mirarnos más y escucharnos como nunca.
Tenemos que ser millones de Néstor en todas las casas.
Tenemos que resistir mucho más que antes.
Tenemos que pararnos en puntas de pie.
Tenemos que abrazarnos a la vida que nos queda y a las páginas blancas de un libro de historia que él nos dejó para que escribamos nosotros.

Viva.


Viva Néstor Carlos Kirchner.

Viva Néstor porque no se fue a ningún lado.

Viva Néstor porque nos dejó prendido todo ese gran fuego y esas millones de fogatas que van a iluminarnos el camino duro, jodido, lleno de piedras que tendremos que inevitablemente recorrer.

Viva Néstor por haber pensado por nosotros, ejecutado por nosotros y muerto por nosotros.

Viva Néstor por haber sido nuestro viejo durante tanto tiempo.

Viva Néstor por habernos dejado listos.

Viva Néstor por haberse convertido en eterno.

Viva Néstor por toda su recién estrenada inmortalidad.

Viva Néstor porque a Néstor se lo VIVÍA.

Viva toda la vida de Néstor y toda la vida que nos sopló al oído cuando llegó todo desarreglado, flaco y alto, bizco, feo, torpe y hablando mal.

Viva Néstor por la revolución de los negros.

Viva Néstor por la revolución de los feos.

Viva Néstor por la revolución de los sucios.

Viva Néstor por la revolución del subsuelo.

Viva Néstor por la revolución de la evolución.

Viva Néstor por desazonsarnos.

Viva Néstor y Néstor vive.

jueves, 21 de octubre de 2010

NO.
















Cuando una persona toma una decisión, y esa decisión está tomada, sea por convicción, dinero, tongo, costumbre, corrupción, obligación, inconciencia o lo que sea, esa decisión se convierte en un acto y ese acto es INEVITABLE.
Lo mires desde donde lo mires.

Si uno quiere marchar, va y marcha.
Si uno quiere pelear, va y pelea.
Si uno quiere opinar, va y opina.

Si uno quiere tirar, va y tira.
Es el mundo, idiotas.

viernes, 15 de octubre de 2010

QUE NO PARA QUE NO PARA QUE NO PARA EH.






HACES CLICK EN EL PLAY COMO CUALQUIER HUMANO Y TE MIRÁS UN VIDEO ANTES DE IR A YOUPORN, TA?

miércoles, 13 de octubre de 2010

EL ANILLO.
























Ya lo dijo Anibal, hace instantes, en su Twitter:
van a vetar el 82% móvil, porque es quiebra para el estado.

VIÓ USTED ESTE VIDEO, SEÑORA Y SEÑOR?






Sabe usted, querido lector mudo, querido "mirador" de posteos, que si eso pasa, van a tirar a los lobos a la calle?

Sabe usted, querido militante, que anoche movilizaron, no mucho, pero movilizaron a la gente de Barrionuevo, Duhalde, Momo Venegas y las 62 y CTA, gente para que SALGA el 82% móvil?

Sabe usted, amable comentarista virtual, que la cosa ahora se pone compleja porque por ahí esta se convierta en una de "a ver quién la tiene más grande"?

Sabe usted, estimad@ argentin@, que va llegando la hora de salir a la calle porque vamos a tener que bancar el proyecto de verdad y ya no desde lo meramente discursivo?

Sabía usted esto a la hora de decir "Yo Soy K"?

Sabía usted que a lo que le pusimos coco, también se le pone cuerpo?

Ahora lo sabe.
Me gusta.

A defender a la mina, que tiene que ver que no está solita.


CHI CHI CHI, LE LE LE.

























Click en la fotito para verla grande y leer las giladas de abajo.

domingo, 10 de octubre de 2010

JAULA ABIERTA IV - CUMBIA

(Cuarto texto y final de los cuatro leídos en la jornada NDM de Jaula Abierta)

CUMBIA

Suena arrebatada en una radio barata y esta botella ridícula se desnuda ante mis ojos como si fuera la última del mundo, cancherita, muy ortiva, ya dejó sus excrecencias y tripas adentro de las mías y ahora así se va, a romperse en un cordón y convertirse en arma o adorno de mal gusto, un unicornio verde, un caballito de mar o una jirafa de vidrio.

Suena desvergonzada y pornográfica, decía, la cumbia sucia, la cumbia romántica de telo de Tres de Febrero, la que invita a acurrucarse pegadito con una chica y confiarle la crianza de los hijos que un día van a tener, el Carlos, el Juan, el Daniel, el Alan, la Mariana, la Analía, la Fiorella y todos sus novios, bien puta que salió la nena.

Suena así, como suenan los gritos, pelados, pelados de agua hirviendo, pelados como una gallina hervida sin plumas, suenan así las cumbias en el barrio, te marean sin vino y te dejan tan pero tan felíz que lo único que necesitás es una cumbia más, ahora, ya, ni dentro de 3 minutos, ahorita mismo, dame esa cumbia que me haga revolear los pies, bailar entre las mesas y no golpearme y si me golpeo, nadie va a decir nada porque las mesas son mesas y todos mis compañeros siguen esperando que por esa puerta entre no una mujer, sino ESA mujer.

La bailan así, con los brazos abiertos al mundo y a la espera del abrazo de la vida silencioso y respirado a fondo, todos los pulmones del mundo inhalando, exhalando, inventando aire donde antes había ahogo y la bailan así, claro, porque es cumbia, porque es una zapatilla con un agujero abajo, en la suela, pero que la usamos porque ahí no se nota y entonces creemos, por una buena vez, que vamos a ser todos iguales, todos con la misma astucia, fuerza en los antebrazos y tatuajes pendencieros: el mundo estaría bueno, creemos pero no lo decimos, porque no queremos que se queme y San La Muerte de por terminada su voluntad y la promesa rota nos lleve al lugar de los novatos, del Gauchito Gil, de San Cayetano o mucho peor, la Desatanudos.

No sé cómo se toca, porque la cumbia para mí siempre salió de las radios o desde los celulares de la gente que va a trabajar y no quiere cortar la racha ganadora del baile del fin de semana, de las sillas en la vereda y los tipos a camisa abierta, sudados, entredormidos, confundidos porque le tiraron el tarascón rabioso a la vecina y la vecina es menor, qué tanto, si mezclabas asado, chorizo, vino, cerveza y un calor de los mil demonios, la vecina, era mayor.

Suena así, la cumbiecita que te quiero cantar, la guitarrita que nunca supe afinar y las tumbadoras que le ponen la salsa al guisito humeante con ojos de chanchos, hum!

Qué rica se puede poner la cosa si nos ponemos de acuerdo, nos traicionamos con aviso y nos perdonamos un buen rato después.

Pero este vino imbécil ha decidido terminarse, y nos deja con la cumbia suelta, solitaria y primaria.

Vos, bailás?

H.

martes, 5 de octubre de 2010

JAULA ABIERTA III - PREGUNTA

(Tercer texto de los cuatro leídos en la jornada NDM de Jaula Abierta)

PREGUNTA

Desde cada rincón, rendija, línea y agujero de mi pequeña casa aislada una pregunta se repite ralentada, con voz grave, y no me deja levantarme.

Estoy acá, tirado en una cama rancia y agusanada, con hongos que me pican la espalda y generan poblaciones de vidas microscópicas en mi piel y creo que me pesa demasiado el futuro como para poder mover un pie sin reparos, primero uno, así luego el otro, ahí está.

Abro los ojos con toda la fuerza posible que me queda y la luz diáfana que viola mi ventana se clava en mis ojos y me somete nuevamente a la violencia de andar, salir, respirar y otra vez volver a intentar.

Día por día, paso a paso, camino a camino, destinos descartables y esa pregunta, que me atormenta, me deja sordo y no me permite ni siquiera escuchar lo que grito, porque cada vez es más intensa, más fuerte y se convierte en un coro infernal que golpea mi sien como un martillo neumático.

Una pregunta sin respuesta, ahora con voz de mujer, me susurra al oído y no encuentro respuesta porque no la tiene o porque no la quiero encontrar.

Todo llega a un punto de ebullición que me hace hervir la saliva y balbuceo, me agito, me siento encerrado y creo que podría morir.

Pero no pasa. Se hace un silencio, un eterno silencio que dura minutos y escucho a un animal o algo parecido que con dificultad repite y repite esa pregunta que me lleva a acurrucarme en la cama y descubro nuevamente que me puedo mover.

Trato de levantarme, pero sólo el destino, los hongos, el pus de los tiempos y la mala noche me dejan alcanzar una posición fetal bastante absurda.

Grito con todas mis fuerzas y el berrido de ese extraño animal que no veo pero creo oler lo hace más fuerte, lo cual me lleva a la conclusión de que estas preguntas, siempre la misma pero multiplicada, es un producto de mi interior, lo cual no deja de aterrarme y convierte a todo en algo mucho peor.

Ahora no hay más culpables que yo mismo y siento mis oídos húmedos.

Llevo mi mano allí y siento algo gelatinoso, presupongo sangre pero no veo, todo es oscuridad aquí.

Y la pregunta sigue y sigue y se suma un coro de miles de voces espeluznantes, niños, niñas, diferentes animales y distorsiones me preguntan porque quieren una respuesta, una respuesta ahora, algo que termine quizás, el propio sufrimiento sin devolución.

Se hace un silencio aún más largo y con absoluta claridad, mi voz es la que pregunta desde una rendija alejada de la pequeña casa en la que vivo aislado: sí o no?

H.


lunes, 4 de octubre de 2010

JAULA ABIERTA II - MANO

(Segundo texto de los cuatro leídos en la jornada NDM de Jaula Abierta)

MANO

Una mano es un puño que se cierra, unos dedos que se estiran, que se doblan, falanges, huesos, cartílagos, piel y mugre vieja.

Una mano acompaña, se extiende y se aleja, se apoya y frota.

Una mano, es la punta del arma, es el gatillo presionado, es el botón de expulsar, es el botón del baño, es el dedo que apunta y

señala y elije buenos y malos, perros y gatos, vagabundos y campeones.

Una mano subraya, una mano achica, agranda, una mano que moja, una mano que seca, una mano que golpea a otra mano y es aplauso, es atención, es un dedo que se mueve junto a otro y camina en una suerte de títere humano, y si son dos dedos hacia arriba es la V de la victoria, la V de la venganza y la V de la vida.

Una mano se esconde en un bolsillo y busca monedas y encuentra pelusa, busca pelusa y encuentra un encendedor que hace años no funciona, revuelve pedazos añejos de tabaco perdidos de un cigarrillo prestado y una mano es el olor que guardan esas yemas violentas y amantes.

Una mano es un saludo, un cachetazo y una caricia de perro detrás de una oreja pero a una mujer.

Una mano rasca, una mano se hunde en una nariz y hurga en busca de molestias y lastima, una mano es tangible, es tacto, es una palma que bloquea una herida de bala mientras una sangre insolente baila a borbotones.

Una mano es un puntazo de faca o un dolor de corazón rasgado, porque cuando el corazón duele, la mano puede expresarse como el corazón no logra hacerlo.

Una mano agradece, una mano despide, una mano levanta u

na taza y se quema y en contacto con el hielo se disfraza de cosa, y así las cosas, esa mano sigue siendo el final y el principio de todo.

Porque una mano parece ser poco y cuelga desganada de cualquier cuerpo, pero esa mano tiene el poder y es mucho más poder que el que vos puedas tener.

Porque esa mano te sube al colectivo, te saca el boleto, te rasca la cabeza y te hace sonar el cuello.

Esa mano alza una copa y brinda y vos creés que fuiste vos pero podés querer hacer cosas que si tu mano no quiere, nada de eso en efecto, sucederá.

Una mano se alza, pide la palabra, una mano junta su índice y su pulgar, se apoya en la comisura de un labio y lo recorre por completo y eso, eso es silencio.

Una mano guía al corazón hacia donde tiene que avanzar, abre la puerta al cuerpo y permite que el alma haga su juego perverso de idas y venidas, de egos y juegos, de espacios cubiertos por presencia o físico.

Una mano, una misma mano es la que moldeó monigotes de plastilina, la que tocó a otra mujer que no era la de uno, la que robó cuando encontró y la que devolvió cuando se compadeció.

Esa mano es la que compró un oso de peluche y cien botellas de whisky de Satán.

Esa misma mano fue la única testigo de absolutamente todo, y la man

o a diferencia de quien la lleva sin honra al costado del cuerpo, nunca olvida.

Porque la mano tiene memoria y porque una mano, siempre a mano, es todo lo que se necesita para poder morir más o menos como uno imaginó de pequeño.

Dependiendo de lo que ella y sólo ella, quiera hacer.

H.














Para leer el anterior, click en esta oración.

domingo, 3 de octubre de 2010

JAULA ABIERTA I - EMPUJAME

(Primer texto de los cuatro leídos en la jornada NDM de Jaula Abierta)


EMPUJAME

Empujame con fuerza, con odio, con vergüenza, con dolor, con sangre, con furia, con temor, con uñas rotas y mal pintadas, empujame como si fuera lo último que hacés en tu vida y empujame para que me muera.

Llamá a gente, invitálos a mirar, pedí a los medios, prendé las cámaras, repartí volantes, anuncialo a los cuatro vientos, poné pasacalles, hacé que ese final sea un momento histórico y que no pase desapercibido porque va a pasar una sola vez.

Empujame, tirame a las vías del tren, asegurate de llevar un revólver y seis balas de punta calada, y cuando el tren pase y me destroce, procurá dispararme en zonas vitales, no dejes ningúna posibilidad de que viva porque por ahí vuelvo y vas a haber perdido la primicia.

Escribí canciones hablando de vos, escribí canciones para cruzarlas con tu voz y escribí una historia vencedora que te acomode al lado del lado que quisieras estar, porque no será fácil y lo sabés, escapar de la sombra de las sombras cuando no hay nada que refleje luz.

Empujame, regalame ese espacio en el aire mientras caigo hacia el ardiente frío de un final anunciado y mientras vuelo, mientras giro en el aire como si fuera un gimnasta, tratá de fulminarme con tus peores deseos, de pretender lo peor para mi caída y de intentar por una jodida vez manejar las cosas con la mente, cosa de que mi nuca sea la primera que golpée con el suelo y crack, todo termine.

Buscale la vuelta al tiempo para que no te apure ni te de demasiada ventaja, hacélo limpio, hacélo rápido y hacélo glorioso: sacame del medio como una molesta capa de polvo y con la facilidad de un soplido limpiador.

Empujame, haceme tropezar, recreá un acto de gran final, armá toda la movida, llamá a amigos y familiares, enemigos y escribientes a los que no les interese pero que seguramente van a querer venir por el bendito morbo de lo que no tiene que pasar hasta que pasa y todos sabíamos que pasaría.

Cumplime con el destino, haceme el favor, y no seas cobarde.

Llevame de la mano hacia una luz enceguecedora que termine de dejarme ciego, golpeame en el oído cuando nadie vea y regalame sordera, cortame la lengua con preguntas puntiagudas y virulentas, enmudeceme, silenciame, mordeme, lastimame y creame imbécil.

Empujame, sin cerrar los ojos, con ambas palmas de la mano.

Empujame, ayudate con los pies para no errar.

Empujame, dame el destino de paria y héroe, castigado y perseguido.

Empujame, pero antes de hacerlo, te pido un favor: tené la plena seguridad de que lo que querés, es empujarme.

H.