Era francamente cómodo, arrojarse sobre los amables brazos de la holgura del buen vivir y la gloria, para ser parte de algo que se conocía como el equipo de los ganadores, esos que mal que mal, repartían parejo, armaban y desarmaban y nadie perdía.
Era francamente cómodo, digo, poder amar con los ojos cerrados a un amor que vuelve al pecho y se hace una cadena de alegría y tranquilidad emocional, financiera e intelectual.
Pero entonces, llega el tiempo de lo incómodo (siempre llega).
Llega el tiempo de la caza de brujas.
Llega el tiempo de ver a las brujas adentro de la casa y a la caza que nunca sale de casa, todo el tiempo.
Y así vamos entrando en la nueva era.
Estuve mucho tiempo sin escribir este blog, y no es que a alguien le importe, sino que quizás, no tenía mucho para decir o quizás, no tenía mucho para decir que sirva para todo este tiempo que estuvimos del lado cómodo.
Porque, vamos: de un tiempo a esta parte, sabíamos que la teníamos más grande, sabíamos que ganabamos y sabíamos que volvíamos a ser los reyes de la democracia, la inclusión y todo lo que se espera de un gobierno.
Y lo incómodo, lo raro, era ver puntualmente cosas que podían empezar a tocarnos la carita dulce que ella nos besó, la pielcita de bebé que él nos fabricó y demostrarnos un país duro, complicado y francamente, heroico.
Entonces llegó primero la pelea gremial, luego la pelea de Aerolíneas, luego lo de los subsidios, y con eso la suba del taxi.
Enseguida la suba del peaje, la quita de subsidios a otro nivel y el 10 de Diciembre que nos espera con los brazos abiertos.
Y todos nosotros, en el medio, confiados.
Seguros.
Esto ya lo vivimos.
Puteemos a Cobos.
Andate Cobos, la puta que te parió.
Hagámonos los boludos.
Miremos la superficie de la cosa.
Mirá el pelo de la presidenta.
Mirá cómo repartió no se cuántas licencias de radio.
Mirá qué discurso dio.
Mirá cómo la recibe Chávez.
Mirá el cuadro de Chávez.
Qué bien pinta Chávez.
Salió campeón Corinthians.
Apareció Lula en una foto, todo pelado.
Miralo a Chávez.
Está enfermo.
La presidenta lloró cuando se enteró.
Es lógico.
Mirá cómo genera empatía con todo el dolor que todos sentimos.
Mirá cómo lo íntimo se convierte en público.
Mirá cómo nuestra alegría se mezcla con el llanto.
No, no miremos si en verdad hay un quilombo sindical o es, como me dijo una compañera que sabe bastante, nada más que una enorme sobreactuación.
Me dice eso, me pregunto, ¿Sobreactuación para qué? ¿Sobreactuación para luego resolver? ¿Sobreactuación para demostrar que un gran conflicto se resuelve cuando nosotros (ella) queremos (quiere)?
Miralo a Scioli.
Verbitsky salió a matarlo en el editorial del sábado pasado.
Miralo.
Miralo bien.
Mirá como ayer la presidenta hace un acto con Scioli y está todo bien.
Mirá como cada vez, todos los que escriben, los que escribimos, los grosos y los pelotudos como yo a los que nadie leen, se equivocan.
Acordate de cómo fue durante la 125, durante todo este tiempo, durante la ley de medios.
Acordate cómo nos decían que el país se caía a pedazos.
Acordate cómo nos decían que la cosa se iba a pique y referenciaban sus decires con fuentes confiables, serias, de señores extranjeros.
Acordate de mí, diciendo como siempre, que si tuviera que discutir de qué lado estoy, y Dios quiera que nunca se llegue a eso, estoy del lado de los trabajadores sindicales, porque creo que esos trabajadores sindicales han hecho en gran parte que nuestra primera trabajadora, Cristina, pueda trabajar en paz.
Acordate de toda la incomodidad que sentimos cuando sentimos que eramos boleta.
Acordate de todo eso, antes de ponerte, como yo, de lado de lo incómodo.
Del lado de la desconfianza.
Del lado de saber que tendremos que apretar un poco los dientes.
Del lado de saber que en verdad, muchos de los que hablamos alegremente por el mundo, somos clase media.
Acordate entonces, cuando te toque y si te toca pagar la luz más cara y el gas más caro, que sos un privilegiado.
Acordate que ganás más que mucha gente.
Acordate que los que ganan menos, no lo van a pagar.
Acordate, entonces, porque este proyecto está armado en la espalda de la memoria.
Acordate cómo era todo antes y acordate de las noticias que viste afuera, Grecia, Italia, España, EEUU, etcétera.
Acordate de cuándo un presidente argentino dijo algo referido al tema drogas como lo hizo la presidenta hace un par de días.
Acordate del sueño de la Patria Grande, el Unasur y lo nuevo, el Celac.
Acordate de ese sueño cuando sea el momento de despertar, eh.
Y si tenemos memoria, es que creemos, porque nos acordamos de cómo fue que trabajaron hasta ahora, que ellos, los que ejecutan nuestro poder, van a recordar a Perón, van a recordar a Evita, van a recordar a Néstor, nos van a recordar a todos nosotros perdiendo muerte y ganando vida y van a actuar en consecuencia.
Acordate de este posteo.
3 comentarios:
comparto incomodidades y sumo otras: la de comprender que en cada batalla peleada hubo muchas otras posibles; la de entender que aveces no nos toca ser del todo nosotros, como queremos y tenemos derecho de ser, y no existe adn que permita disputar y discutir esa identidad, sino solo corear el nombre de algo parecido a lo que simplemente soñamos, a veces suficiente, a veces no.
Me voy a acordar de como los garcaron a los votantes con lo de los subsidios... Una vez que votaron, les mandaron el puñal hasta el tujes.
Me voy a acordar de como se llevan la guita y ponen a un parricida al frente de una organizaciòn de gobierno. Me voy a acordar de como el ex-usurero del sur se peleò con el campo, una de las principales riquezas del pais... A mi me duele no poder comerme un asado por que la carne està cara como el oro. Todo esto pasò en este gobierno. Tambièn hubo buenas cosas, no hay que ser como ustedes, oficialistas, que critican TODO lo que se haga de la llamada por ustedes "opo".
Me voy a acordar del gordo Delìa golpeàndo a un tipo laburador. Me voy a acordar de los "chanchullos" del ex-usurero del sur con el mafioso de Moyano. Yo tengo memoria igual que ustedes. No se olviden que se cansaron de decir que Menen era un ladròn, que Macri era lo mismo que Menen, y ahora, cobardes, traicioneros, farsantes, vendedores de serpientes, tira bombas, ahora se unen con el mismìsimo àrabe por conveniencia. Son una mierda, pero de verdad. Yo soy un trabajador, no un ladri que espera tener un sueldo de gobierno.Chau, felicidades.
Espero que el comentario del 07/12, a las 20:40, no sea borrado o eliminado, directamente, el articulo. Felicidades...
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