Como es sabido, reconocido por un puñado de no más de cien o doscientas personas por día que leen este blog cuando están demasiado aburridos, desde acá bancamos a Anonymous en sus movidas.
Ahora, este grupo tan interesante de revolucionarios digitales (gente que labura de verdad por hacer algo desde el 2.0), le pegaron a las tarjetas SUBE. Y podríamos decir que nos pegaron a nosotros y eso estaría bien.
Entonces, a modo de ensayo, error, prueba, error y error, voy a desarrollar una serie de puntos que planteará nuevas dudas, más nunca, nunca, certezas.
Veamos, pues:
1- Anonymous se prende a la paranoia publicando datos de las tarjetas SUBE, de usuarios, haciendo la perfecta salvedad de que ellos no van a publicar datos concretos de las personas. Lo que hacen, es demostrar lo fácil que es llegar a ese material y qué queda registrado. Así, vemos adónde subió una persona y a qué hora, a qué colectivo y no mucho más. Esta data, triangulada, podría servir para, por ejemplo, saber qué hizo alguien que podría o no estar sospechado de algo. A saber: Fulanito de Tal dice que tomó X colectivo en tal lado. Triangulado, investigado, se puede saber dónde se bajó esa persona.
2- Lo que omite todo conspirador crónico (hola, yo soy uno de ellos), es que las tarjetas son absolutamente transferibles y que yo puedo usar una tarjeta a nombre de Lucas Novelle, por decir un ejemplo, (un gusto, yo me llamo Juan Soriano, pueden rastrearme) y que eso no me hace Lucas Novelle per sé. Con lo cual, si fuera la intencionalidad, vigilar, en realidad lo que se habría hecho, no es más que una máquina de generar coartadas falsas.
Ejemplo: "No, señor, yo no maté ni violé a esa señorita, sino que fue otro. Aquí la prueba: me estaba tomando un colectivo a Constitución a esa mesma hora, qué tanto..."
3- Las tarjetas de débito, las de crédito, los movimientos en locales de venta, cajeros automáticos, telepeajes y otras decenas de cosas, recaban datos.
4- Los celulares, son el futuro que ya llegó hace rato. En las películas futuristas de cuando el presente era el pasado, nos mostraban que nos implantarían chips para saber dónde estabamos. Estos chips, mostraban la ubicación, más no sabían de qué hablabamos. Entonces, un señor malo desde el mismo infierno, creó la necesidad imperiosa de tener a esos chips lo más caro posibles, nosotros lo pagamos, queremos el mejor y el último, y no lo vamos a perder por nada y en el caso de que se rompa nuestro chip o nos lo roben o lo olvidemos, rápidamente vamos a ir al local de venta de chips para que nos renueven ya mismo el mecanismo de control. A esto, nosotros, no lo llamamos "chip del futuro" sino que lo llamamos celular. La tecnología de celdas (por eso se llama celular) divide al territorio en pequeñas zonas que hacen que se sepa exactamente por dónde andamos y a qué hora. Además, le agregamos la función de voz, con lo cual en el caso de querer vigilarnos, entran a cualquiera de nuestros celulares y saben de qué hablamos, con quién y si tenemos planeado o no, hacer volar al Obelisco. Además nuestros chips de control tienen también chat con lo cual queda registrado absolutamente todo. Ok: las empresas expondrán en sus legales que no pueden hacer nada, que no pueden robarnos datos, que no pueden, que no quieren, que no lo van a hacer. Pero sí, lo van a hacer si es necesario, o si "alguien" viene y les dice que "podría" ser necesario en un futuro inmediato o no tanto. Así que bienvenidos: nosotros compramos el último celular, lo sacamos en cuotas y el control corre por nuestra cuenta.
5- Aún más profunda es la imperiosa necesidad que tenemos de contar que nos vamos de vacaciones, que no nos vamos, que estamos acá o que estamos allá. Incluso a veces, ponemos el "Check In" del lugar al que fuimos a comer y subimos una foto de nuestra deliciosa carne asada que estamos disfrutando. Oportunidad más que "pulenta", para que vengan hasta donde estamos y nos la den, tanto como para que vayan a nuestros hogares y nos roben todo. Ojo, esto lo hacemos con la mejor de las ondas, y a veces también respondemos a lo más burdo y torpe del control, lo más íntimo: qué estamos pensando, tal y como nos interroga Facebook cuando ingresamos. Y Facebook no sólo sabe dónde estamos y qué pensamos, sino también qué "nos gusta", qué comemos, qué consumimos y tranquilamente, en oscuros focus groups de paises enemigos de la alegría, señores muy malos, vestidos de negro, quizás hasta negros ellos! saben qué nos va a gustar en el mediano plazo. Oh, estamos rodeados, pero los datos, SIEMPRE SE LOS DAMOS NOSOTROS.
6-Porqué vamos a creer que Microsoft, Google, o cualquiera de nuestros mails, no van a ser revisados, si es necesario? Las contraseñas las ponés en esa página, eh.
7- Por otro lado, y esto no es abarcativo a todo el mundo mundial pero bueh: si nosotros somos los que ponemos dónde estamos o dónde estuvimos, qué problema hay con que se sepa dónde nos tomamos un colectivo? No dice dónde nos bajamos, eh! Está bien, atentaría en hipótesis contra nuestra libertad, o no en hipótesis, sino abiertamente contra nuestra libertad, o mejor dicho, contra nuestra intimidad. Tantas revoluciones vamos a hacer? O le sacamos un par de letras, acomodamos otras y en lugar de revoluciones decimos revolcones y entonces sí, lo que tememos es que alguna de nuestras parejas labure ahí y entonces sepan que subimos al bondi en la puerta del telo? O acaso la hija de nuestros jefes va a saber que el día que dijimos que estabamos enfermos en realidad salíamos del cine? Y la hija le dirá a su padre? Y nos echarán?
Vamos. No creo que ninguno de nosotros, si vamos a hacer algo grande, algo sangriento y que cambie la historia, lo vamos a poner en nuestros muros de Facebook, contarlo a través de celulares o enviarlo por mail.
8- Anonymous, no seas gorila y si te da la nafta, reventale las casillas a Macri y a toda esa caterva de, hay que decirlo, miserables que no paran de vetar cosas, presupuestos y todo lo que está pasando. Así sí van a hacer la revolución y así sí les tendremos todos, devoción como se le tiene al personaje de V de Vendetta.
3 comentarios:
ok. Pregunto, para sumar más dudas que certezas: no se habría evitado el garrón que nos denuncie quien nos cae simpático, repartiendo las tarjetas sin tener que llenar formulario alguno? Una traffic en la esquina, un pan dulce, una sidra de Peron y Evita y la tarjeta SUBE?
punto 8. subscribo a eso.
saludos!a
Muy bueno, Soriano!!! Comparto absolutamente.
Por otro lado, en este instante (19.33 hs del Sábado 28 de Enero de 2012), te estoy esperando frente a la plaza de Moron, para hablar de "eso tan importante" que tenemos pendiente... jaja!
Menos paranoia, che!!!
Abrazo
Publicar un comentario